lunes, 23 de febrero de 2009

Don Carnal y Doña Cuaresma

Por aquí sigue haciendo fresquito. Cuando te descuidas te levantas por la mañana y encuentras todo cubierto por la nieve. Eso sí, todo está precioso.
El otro día un hermano de la comunidad de aquí, Fulvio, nos propuso ir a su trabajo (trabaja en un instituto de astronomía en Heidelberg). Está en lo alto de una montaña. Y todo alrededor está completamente nevado. Tienen una zona preparada para realizar esquí, otra para lanzarse en trineo. Así que allí nos fuimos, con el trineo de madera que le regalaron a José por su cumple. Lo pasamos de maravilla. Por lo menos hasta que a alguno se le empezaron a congelar los deditos... Luego este hermano nos invitó a un chocolate caliente (lo que aquí llaman chocolate, que es colacao realmente) para entrar en calor.
Alguno dirá: "sí que sufren los misioneros, ¿eh?" Bueno, tiene que haber de todo, ¿verdad?

Y hay cosas que mejor te las tomas con humor, porque si no... Como todo lo que se monta aquí con lo de los carnavales. Para que veais un poco cómo están las parroquias por estos andurriales, os contaré algo. Como ya he comentado alguna vez, los consejos pastorales son los que gobiernan las parroquias, no los párrocos. Y de lo que tratan es de tener el mayor número posible de "feligreses". Para ello no dudan en permitir lo que sea en las parroquias para que la gente no se vea defraudada y se vaya. Y es que gente significa ingresos...
Pues bien, en la parroquia se celebra el carnaval por todo lo alto. Tanto es así que el complejo parroquial queda prácticamente clausurado durante un par de fines de semana para que los distintos grupos parroquiales puedan celebrar su carnaval.
Pero tiene su parte positiva, porque hemos podido celebrar la eucaristía en la iglesia. Y es que normalmente celebramos la eucaristía en un salón parroquial, junto a futbolines y cosas por el estilo.

Otra anécdota. El sábado me dejaban en el buzón un papel de nuestra parroquia del barrio, donde José está haciendo sus catequesis para la primera comunión. El caso es que invitaba a los niños y a sus papás a que participaran de la eucaristía del domingo. E invitaba a que los niños acudieran a la misa disfrazados para participar en la celebración (no sea que al ser carnaval los niños se traumaticen si se quitan el traja de pirata). Pero con muy buen criterio advertía que no se les ocurriera llevar armas de fuego!!! Es decir, que los que fueran de Rambo sólo llevaran el machete, no la ametralladora... En fin.

Menos mal que ante tanta locura carnavalesca llega un tiempo de ayuda para nuestro cuerpo y nuestra alma: la Cuaresma.
Otro día más. Rezad por nosotros.

viernes, 13 de febrero de 2009

Rezando a los pies de la cruz

Esta semana que ha pasado desde la última vez que escribí ha sido desconcertante. No sé si describirla como una bendición o como una locura. Han ocurrido muchas cosas. Pero no voy a entrar a dar detalles de nada. Se siente... ¿Y por qué? Porque sólo serviría para que yo o vosotros entrarais en juicio contra alguien. Y, ¿qué necesidad, verdad?


Lo importante es descubrir quién está detrás de lo que te ocurre y qué hay en el corazón de uno.
No hay duda de que el Señor te pone acontecimientos para ver qué hay en el fondo de tu corazón, para que nos conozcamos, para que veamos que no somos ni mucho menos tan santos ni tan perfectos como nos pensamos. El problema es que el demonio aprovecha esas pruebas para meter cizaña, para que nos rebelemos, para meternos en crisis, en juicio, en murmuración, para quitarnos la paz.


Y es que es curioso ver cómo reaccionamos ante la cruz, ante el sufrimiento, ante el sinsentido. ¡Qué rápido perdemos la paz cuando las cosas no son como queremos o como pensamos que tienen que ser! Enseguida nos sale el juicio, la ira... y en el fondo, la soberbia.
¡Y qué fácil nos dejamos llevar, qué prontos somos para defendernos, y qué tardos para recapacitar, para rezar, para pedir el discernimiento y para pedir perdón! Pero eso es lo que somos: hombre y mujeres débiles.

A pesar de todo yo estoy contento. El Señor nos regaló una convivencia estupenda, con una palabra fuerte que nos ha ayudado muchísimo. Y la misión sigue ayudando enormemente a la familia. Cada vez estoy más convencido de que el Señor llama a la misión a familias imperfectas, que necesitan ser reconstruidas desde los cimientos. En eso esta el Señor. Por eso dice el salmo: "si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los constructores".

Ánimo a todos los que rezáis por nosotros. No lo dejéis, ¿eh?
Ayer conocimos a unas hermanas, novicias carmelitas, que están rezando por la misión aquí en Ludwigshafen. ¡Qué bueno es el Señor que pone personas a lo largo y ancho del mundo rezando por nosotros! Y doy fe que la oración es eficaz. ¿Qué sería de nosotros sin ella?

jueves, 5 de febrero de 2009

Los planes de Dios

Hoy tenía una agenda de lo más apretada. Anoche la repasaba con Esther para que no se me olvidara nada (ya se sabe que el Alzheimer...).

Después de dejar a los niños en el cole a las 8 y hablar con la profesora de Miriam para decirle que mañana irá más tarde (tenemos médico), volvería a casa corriendo para rezar laudes y salir pitando para el centro con Javier y Luciano (de las otras dos familias en misión) para arreglar temas pendientes de Javier (seguro médico, curso de alemán). Luego, recogería a los niños y tenía cita con la profesora de José para que me contara cómo le ve después del primer semestre (una conversación corta, porque su inglés está al nivel de mi alemán, jeje).

Comer corriendo, porque hoy (en teoría) empieza el siguiente nivel de mi curso de alemán en la Volkshochschule - eso si somos el número suficiente; si no, a seguir esperando -. Y después del curso, unas vísperas y a salir por las casas a anunciar el amor de Dios a la gente.

En definitiva, un día de lo más completito. Pero mira tú por donde, que el Señor ha pensado que sus planes no son mis planes. Así que ayer noche me regaló un dolor en la cadera que me ha dejado en fuera de juego. Tras una noche de dolores, me he levantado más cojo que el "mantecas". Así que tengo a Esther haciendo mi parte y yo la suya. Bueno, realmente sólo estoy cuidando de los peques, porque hacer... poco puedo hacer en la casa, más que arrastrarme de un lado a otro como los caracoles. En fin, el Señor sabrá por qué me quiere aquí, en el dique seco.

Por cierto, el otro día me quedé con las ganas de escribir algo que leía en el oficio de lectura. Es del Decreto Ad gentes, sobre la actividad misionera de la Iglesia, del Concilio Vaticano II. Me vino muy bien, porque a veces te parece que estás haciendo una locura y que no pintas nada en una tierra hostil como esta.

Entre otras cosas, decía así:

"Aunque a todo discípulo de Cristo incumbe el deber de propagar la fe..., el Señor, de entre los discípulos, llama siempre a los que le parece bien, para tenerlos en su compañía y para enviarlos a predicar a las naciones. Por lo cual, por medio del Espíritu Santo... inspira la vocación misionera en el corazón de cada uno...
Son marcados con una vocación especial aquellos que ... están dispuestos a emprender la obra misional, sean nativos del lugar o extranjeros: sacerdotes, religiosos o seglares. Enviados por la autoridad legítima, se dirigen con fe y obediencia a los que están lejos de Cristo...
El hombre debe responder al llamamiento de Dios de tal modo que... se entregue totalmente a la obra del Evangelio. Pero no puede dar esta respuesta si no lo inspira y alienta el Espíritu Santo... Debe estar dispuesto a perseverar toda su vida en la vocación, a renunciarse a sí mismo y a hacerse todo para todos.
El que anuncie el Evangelio entre los paganos anuncie, con toda libertad, el misterio de Cristo... se atreva a hablar como conviene, sin avergonzarse del escándalo de la cruz... manifieste que su yugo es llevadero y su carga ligera.
Dé testimonio de su Señor con una vida enteramente evángelica, con mucha constancia..., con caridad sincera, y, si es necesario, hasta el derramamiento de su propia sangre.
Dios le concederá valor y fortaleza para que vea qué abundancia de gozo se encierra en la experiencia interna de la tribulación y de la absoluta pobreza."

Es una descripción estupenda del misionero, de la llamada y el auxilio del Espíritu, de la vocación, de la labor y la obra que hace el Señor a través de nosotros, que somos hombres, mujeres y niños débiles, pobres y poco útiles (especialmente según los estándares del mundo).

Pero es cierto que el Señor va haciendo su obra. Y nos permite ver maravillas. Ayer, por ejemplo, venía nuestro vecino a casa. Cosa impensable porque los alemanes, según dicen, aparte de poco sociables (especialmente con los extranjeros), no son de presentarse sin anunciar en tu casa. Pues bien, este debe ser un alemán atípico o es que se está españolizando. Es un muchacho joven, de veintitantos años. Y con gran inquietud religiosa, aunque no es religioso. Nuestra presencia debe cuestionarle tanto que siempre que hablamos es él el que lleva la conversación hacia Dios, la fe, la religión. Ayer tuve la oportunidad de decirle lo que decía el texto del Concilio: atreverse a hablar, sin vergüenza, del escándalo de la cruz. Porque él, fruto de la mentalidad ecléctica de nuestros días (es decir, cojo lo que me conviene de donde me conviene y creo al final lo que me da la gana), me decía de las cosas buenas que hay en todas las religiones. También de las cosas malas, terribles, que hay y ha habido en la Iglesia, contrarias a lo que se predica desde los púlpitos. Yo le señalé que el cristianismo tiene algo que no tienen el resto de las religiones: la presencia de un Dios encarnado, que ha querido entrar en la historia de los hombres. Y no solo eso. Algo absurdo: ha querido morir en la cruz para salvar a los hombres. ¿Por qué? Por amor, sencillamente. ¿Que en la Iglesia se han cometido y se cometen atrocidades? Cierto. La Iglesia está compuesta de hombres y mujeres, débiles por naturaleza; muchas veces corrompidos por el dinero, por el poder, por los afectos. San Pablo mismo decía aquello de "no está en mi mano hacer lo que quiero; queriendo hacer una cosa, es otra la que sale de mí".

Me hacía gracia, porque me recomendaba que, para poder cobrar más dinero del Estado, que tenía que ser un poco deshonesto, mentir de vez en cuando, que en Alemania todo el mundo lo hace, que los turcos que vienen aquí viven de gorra (sin trabajar) sólo con las ayudas estatales. Ya le dije que lo de ser misionero y pirata a la vez no me cuadraba mucho... Pues mi padre - me contaba - ha sido honrado toda su vida y claro, no ha llegado a nada. ¿Cómo le diría que a eso estoy llamado, que es mi meta? ;-)

Pues ahí estuvimos, charlando como pudimos (rodeados de niños) durante más de una hora. Ahora se marcha un tiempo a otro estado, a seguir estudiando. Espero que no pierda su ansia por conocer, por descubrir. Porque así llegará al que es la fuente de la sabiduría.
Rezad por nosotros. Este fin de semana estamos de convivencia. Espero que el Señor pase como de costumbre: con brazo fuerte, pero con misericordia y palabras de vida eterna.
Incluyo una foto de nuestro envío en Roma. Pasamos varias horas en la plaza de San Pedro, esperando a alcanzar nuestro rincón en la basílica...