sábado, 27 de diciembre de 2008

Cerrado por vacaciones

¡¡¡Aquí estoy!!! Pero estoy sin teléfono (y por tanto, sin Internet). Es como estar en el desierto. Mi hermano de comunidad Marcelo me acaba de dejar conectarme, y me he dicho, ahora o nunca.

Pues sí, seguimos vivos. Estamos en España. Dejándonos querer un poquito. Y aprovechando para comer choricito, morcilla, langostinos, turrones...

En breve volveré a la "normalidad" de Alemania y seguiré contando anécdotas.

Feliz Navidad a todos. ¡¡Mañana nos vemos en la Plaza de Colón!!

miércoles, 17 de diciembre de 2008

La dignidad de la persona

"A cada ser humano, desde la concepción hasta la muerte natural, se le debe reconocer la dignidad de persona."

Así comienza la instrucción vaticana "DIGNITAS PERSONAE", de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre cuestiones de bioética. Aún no la he leído. Pero promete ser aún mejor que su primera parte: la instruccíon Donum Vitae (El Don de la Vida). De hecho es una actualización de la misma, para responder a las "novedades" que nos han traído los tiempos modernos; esas que no dejan de sorprendernos.

Os animo a leerla. Ya sabéis: el saber no ocupa lugar... la verdad os hará libres...
Tenéis el texto íntegro en este enlace del Zenit:
http://www.zenit.org/article-29498?l=spanish

martes, 16 de diciembre de 2008

Ya viene mi Dios

La convivencia que hemos vivido este fin de semana pasado ha sido sencillamente excepcional. Hay ocasiones en que se "masca" la presencia del Espíritu Santo. Y esta ha sido una de esas. El Espíritu se puede hacer presente a través de personas concretas, de sus palabras. Lo he visto patente. Y me ha impresionado, francamente.

No puedo contar el hecho concreto porque es muy personal, y no nuestro sino de nuestros hijos. Y es que el itinerante responsable de toda la evangelización en Alemania y Holanda, Toni, fue preguntando y hablando con todos los muchachos que están en misión con sus familias. Es impresionante el discernimiento que tiene este hombre, cómo ayuda y con qué cariño habla a estos jóvenes. Muchos llevan toda su vida en la misión. Pero todos tienen su combate. Y una experiencia de fe y una madurez que dejan anonadado. Dios quiere hacer (y de hecho la está haciendo) una obra fantástica con todos ellos. Ellos son los primeros misioneros, los primeros evangelizadores. En la escuela, con los amigos, en el barrio. Ellos son los que primero aprenden el idioma y los que menos problemas tienen para dar testimonio de su fe, de por qué están allí. ¡Y todos hablan tres o cuatro idomas! Me sorprendía un muchacho, de Albacete, de misión en Holanda desde hace dos años, que preguntaba si hablaba en español o en italiano. Así, como lo más normal del mundo.

Y yo que todavía ando balbuceando el alemán... Intento utilizar lo menos posible el inglés. Aunque hay veces que no queda más remedio. Como ayer que estuve en el dentista. O esta mañana que he estado hablando con las profesoras de José y de Miriam, porque ayer se quedaron en casa los dos con la tripa pachucha. Empiezo en alemán con el discurso ensayado (una frase, escueta, concisa). Pero en cuanto me salgo del guión me voy corriendo al inglés, que es donde me encuentro cómodo. Más que nada porque tengo el vocabulario en la cabeza. En alemán todavía tengo que rellenar muchos huecos en mi cabeza. Es como un puzzle de 5000 piezas de las que sólo tengo 300 y desordenadas. Vamos, que es difícil ver el cuadro que representa el puzzle. En fin, tiempo al tiempo.

Y al mal tiempo, buena cara. Este fin de semana, que estuvimos en Munich, pudimos ver cómo es una ciudad bajo la nieve. Preciosa... Hasta que tienes que andar por ella, jeje. Cuando la nieve se convierte en hielo deja de ser divertida. A mí me pilló desprevenido, con mis zapatillas de bailarina...

¡Y el jueves volvemos a España! Pasaremos allí las Navidades. Otro regalo del Señor. Espero veros a muchos. Y a los que no, ¡¡¡feliz Navidad!!! Espero que el Señor encuentre nuestro corazón preparado y pueda Él nacer en él.
No dejéis de rezar por nosotros. La oración no puede tomarse vacaciones. Ni un sólo día.

Que Dios os bendiga.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Deberes: a rezar

Si antes estaba caro escribir un rato, ahora qua ha llegado nuestra hija mayor esto es la selva. Vamos a tener que pedir a los Reyes ordenadores Vtech para todos.

Aparte estamos un poco de la ceca a la meca. Antes de ayer llegó también la otra familia que viene en misión a Ludwigshafen, Javier y María Dolores. ¡Por fin les encontramos una casa! Así que están por aquí esta semana para firmar el contrato de alquiler. Y ya de paso se quedan para la convivencia que tenemos este fin de semana para todas las familias que estamos en misión en Alemania y Holanda.

A esta convivencia van también los muchachos mayores. Así que nosotros nos llevamos a unos cuantos. A todos nos ayudará, seguro. El demonio está atacando fuerte últimamente. Pero como decía el otro día, es bueno ver lo que sale de tu corazón, de lo que eres capaz y a lo que puedes llegar si te dejas engañar.

Hace un rato hablaba con una persona por teléfono. La llamaba por un tema, pero sin darme tiempo para nada la mujer se me ha puesto a llorar como una madalena. Me contaba cómo su matrimonio se ha venido abajo. Cómo su vida y la de su hijo están destrozadas. Ha descubierto que su marido lleva tiempo con otra mujer. Ahí es nada. ¿Qué se puede decir en estos casos? Pues poco o nada. Le he dicho que no deje de rezar. Dios es Todopoderoso y no es sordo a las súplicas del pobre, del abatido, de la viuda, del huérfano. Que no deje de pedir por su marido. Porque está ciego. El demonio le ha engañado y le tiene esclavo. Ha abandonado todo aquello que le podría ayudar (la oración, la eucaristía...). Sólo le queda ella para salvarle a través de su oración y de su amor. Como decía Santa Mónica (madre de San Agustín), si no puedes hablarle a tu hijo de Dios, háblale a Dios de tu hijo.

Si os acordáis, rezad por ellos, por favor. Están sufriendo lo indecible.
Y también por otro matrimonio muy cercano que está viviendo una auténtica pesadilla.

Estar en la Iglesia no es un seguro de nada, como se ve. Pero desde luego ayuda y mucho... a quien se deja ayudar, claro. La Iglesia nos aconseja como madre. Pero en nosotros, en nuestra libertad, está el dejarnos guiar. En la Iglesia está el Espiritu Santo. ¿De quién mejor nos podemos dejar aconsejar, guiar, ayudar, auxiliar que de Él?

Rezad también por nosotros para que esta convivencia sea un paso fuerte del Señor y fortalezca a nuestra familia.

Que Dios os bendiga y os conceda ánimo y alegría para este camino de conversión que es el Adviento.

sábado, 6 de diciembre de 2008

La familia mola

Pues sí, la familia. Cada día parece más un concepto del pasado, pero con poco futuro en esta sociedad. Lo que prima es el individuo, el yo, sin "ataduras", sin problemas, sin sufrimientos... siempre que se puedan evitar. Esa es una de las razones por la que no se desean los hijos. Nos hemos hecho egoistas. Los hijos representan problemas, incomodidades, cuestan dinero. Hacemos nuestros planes de familia, pensando en un futuro en el que tratamos de evitarnos sufrimientos innecesarios. Tratamos de asegurarnos el futuro. Y el de nuestros hijos.

Pero a pesar de todos esos esfuerzos, no somos felices. Y nuestros hijos tampoco. Porque hay un problema de fondo. Cuando vives sólo para ti, cuando sólo buscas tu propio interés, cada vez eres más infeliz. Sólo puedes ser feliz en la medida que te das, que te donas, que ofreces lo que tienes y lo que eres a los demás.

A mí me costó mucho entenderlo. Largos años de lucha interior. Sencillamente porque es irracional. ¿En qué cabeza entra lo que acabo de decir? Sólo se entiende cuando se experimenta. De lo contrario no deja de ser una teoría original.

Aquí en Alemania, pero también en España, mucha gente se sorprendía cuando les decía que teníamos siete hijos. Y más aún cuando decía que no tenía miedo de recibir los hijos que el Señor me regalase (¿no es eso lo que prometemos cuando nos casamos?: prometo recibir amorosamente los hijos que el Señor nos dé, etc). Choca de frente con la teoría predominante: la del bienestar, la de la calidad de vida. Pero eso es la paternidad responsable. Sí, sí. La paternidad responsable no es lo mismo que el control de natalidad que promulgan los gobiernos y los organismos internacionales. Paternidad responsable es ser intérprete de la voluntad de Dios. ¿Qué quiere Dios para nuestro matrimonio, para nuestra familia? Pero siempre poniendo en el centro el bien del que ha de nacer.

Ciertamente los hijos traen problemas, incomodidades, sufrimientos. Pero son parte del plan de Dios para nuestra salvación, para nuestra felicidad.

En pocos días llega a la misión nuestra hija mayor con su pequeño. El Señor, que es más inteligente que nosotros, nos la trae sin duda porque le ayudará. Pero también a nosotros, que somos tan débiles y que tanta falta nos hace ver la misericordia del Señor para poder tenerla nosotros.

Porque el Señor está empeñado con hacer una obra grande con nuestra familia, con todos. En sus manos estamos, en sus manos nos ponemos. Estoy seguro que quiere lo mejor para nosotros. Por eso nos arrancó de nuestra tierra y nos sacó para ser testigos. Testigos de su amor. Testigos de que los hijos son un don, un regalo inmenso. Testigos de que los hijos son de Dios, de que Él los da y los reclama.
Nosotros nos sentimos afortunados, porque el Señor nos ha elegido muchas veces para traer al mundo una nueva vida. No podremos darles muchas cosas materiales. Pero sabemos que son hijos para Él. Y como tales les educamos en la fe. En la creencia y en la esperanza de que Dios es un padre bueno, misericordioso y amoroso.

Pero hasta que ellos no lo descubran por sí mismos, no dejará de ser una hermosa teoría para ellos. Sólo el Espíritu Santo puede testimoniarles que es cierto.

Y como la familia importa, como es tan sumamente importante, no se la puede abandonar. Necesitamos rezar por tantas familias que se rompen, que se destruyen, que desaparecen. Por eso el próximo 28 de diciembre (y no es una inocentada) volveremos a repetir el encuentro por la familia en Madrid. Podéis leerlo en este enlace:
http://www.zenit.org/article-29424?l=spanish

Allí nos veremos. Rezad por nosotros. Y por nuestros hijos.

martes, 2 de diciembre de 2008

Viene la Vida

Ha comenzado el Adviento. Un tiempo de espera, de esperanza. Porque el Señor viene. Entra en la historia, en el tiempo y el espacio.

Y hablando de tiempo, decía el Papa el otro día en el Ángelus:
"la Iglesia tiene una "buena noticia" que ofrecer: Dios nos da su tiempo. Nosotros tenemos siempre poco tiempo, especialmente para el Señor, no sabemos o, a veces, no queremos encontrar ese tiempo. Pues bien, ¡Dios tiene tiempo para nosotros!"

Y continúa:
"El tiempo litúrgico de Adviento celebra la venida de Dios en sus dos momentos: en primer lugar, nos invita a despertar la espera en el regreso glorioso de Cristo; luego, al acercarse la Navidad, nos llama a acoger al Verbo hecho hombre por nuestra salvación. Pero el Señor viene continuamente a nuestra vida."

El Señor viene. Y se hace el encontradizo... si queremos encontrarnos con Él.
Hoy quiero compartir un vídeo que he encontrado de alguien que se encontró con Cristo y su vida cambió. Seguro que lo conocéis. Se llama Eduardo Verasategui, productor (y actor) de la película Bella. Yo no la he visto, pero como decía el otro día Alfonso en un comentario al blog "es una verdadera gracia el asistir a esta proyección... [es una] película que intenta encumbrar tantos valores auténticamente cristianos -vida, familia, saber escuchar, acompañar al que sufre, confianza ante un futuro incierto...etc". Así pues, sin verla, la recomiendo.

Y os recomiendo que escuchéis lo que dice en este vídeo sobre el derecho a la vida, los derechos de los no nacidos. Un canto a la vida. Otro día contaré alguna experiencia sobre esto. No en vano hemos estado durante algunos años colaborando con un centro de orientación familiar, el de Getafe, y hemos visto y oído un poco de todo.

Espero que os guste.