viernes, 28 de noviembre de 2008

Solo con el Señor

Hoy he visto algo que me ha impresionado. Mira que este país siempre tiene algún detalle que me sorprende. Pero lo que hemos visto esta tarde, supera la ficción: ¡¡unos vecinos de por aquí estaban haciendo una barbacoa y tomando sus cervecitas en la entrada de su casa a 0 ºC!! ¡Pero qué valor!

Era noche cerrada. Veníamos de recoger a Miriam de casa de una amiguita de la catequesis de José. Y a la vuelta hemos visto algunos jardines con un montón de luces de Navidad, hemos parado el coche y nos hemos acercado caminando. Algunas casas aquí tienen una zona peatonal por delante o un pequeño jardín particular. Por supuesto, sin vallas, cercas, arizónicas o nada que se le parezca (los ladrones en este país han debido emigrar... a algún otro país de la UE). En la puerta de una de las casas habían montado un chiringuito, con sus mesas y una barbacoa. Allí estaban, charlando, como si fuera una cálida tarde de verano y apeteciera refrescar el gaznate mientras se hacen los choricitos y las morcillas. Pregunta para la reflexión personal: ¿qué otra cosa aparte de salchichas puede hacer esta gente en una barbacoa, si es lo único que saben sacar de un cerdo?
En fin, que aún estoy alucinando. Está claro. El hombre es capaz de adaptarse a cualquier clima y sobreponerse a la adversidad. Lo único que hace falta son ganas y una pizca de buen humor.

La mamá de esta niña llevaba días detrás de que nuestros hijos fueran a jugar a su casa, con su hija. Nos decía que sería muy bueno para los niños, para aprender el alemán mientras juegan. Muy loable, sí señor.
Pero quizá hay otra razón un poco más oscura detrás. Ya nos lo había dicho Luciano, nuestro hermano en la misión en Ludwigshafen. Por estas tierras hay muchos niños que están solos. Son hijos únicos. Lo tienen todo, pero están amargados porque no tienen a nadie con quien jugar. Y ciertamente lo hemos visto con nuestros propios ojos. Nos han invitado a pasar dentro. La niña nos ha llevado a su habitación. En dos palabras: im-presionante. Era como Disneyland en 20 metros cuadrados (sí, sí, porque vaya peaso habitación). Cientos de juguetes. Todo lo que un niño pudiera desear para pasarlo chupi. Todo ordenado, en su sitio, inmaculado. Hasta un perrito que parecía de juguete. El mismísimo Michael Jackson hubiera sentido envidia.
Pero el resto de la casa no le iba a la zaga. Todo perfecto, nuevo, de revista de decoración. El jardín, una preciosidad, con Blancanieves y los 7 enanitos entre el césped. El caballo que salía en la foto que colgué el otro día, el de la nieve, era de su jardín. En fin, una pasada. Estoy seguro de que al perrito le ponen patucos y bufanda para salir a la calle, jeje.

No obstante, a esta niña, a pesar de tener todo lo que pudiera desear, le falta algo: el calor de unos hermanos. Cuán cierto es aquello de que el dinero no da la felicidad. Alguno aclara: "no la da, pero ayuda un poco a conseguirla". ¿Seguro? Me da que no. Al contrario. El mismo Cristo lo decía bien clarito: o Dios o el dinero; "no podéis servir a Dios y al dinero". Parece mentira, pero cuanto más dinero tiene uno, más infeliz es. Y es que el dinero llama al dinero. Y hay que conservarlo. Y se tiene miedo a perderlo. Y a prestarlo, y mucho más a darlo. El hombre se hace egoista, se cierra en sí mismo y se aparta del prójimo. Y la soledad no es buena. No es nada buena.

Ayer salíamos por las casas a contarle a quien quisiera escucharnos las maravillas que hemos visto que Dios ha hecho en nuestras vidas. Salí con un hermano italiano, Fulvio, que habla más idiomas que en Eurovisión. Llegamos a casa de una muchacha. Veintitantos años. En el descansillo Fulvio le iba contando su experiencia de fe. Pero la chica tenía un gato juguetón que se le escapaba y se iba todo el rato escaleras abajo. Al final nos invitó a entrar. Tenía un hijo, su única compañía, junto con un par de gatos. Su marido la había abandonado tiempo atrás. Ella estaba luchando por salir adelante sola.
No es por vanagloriarme. Ni mucho menos. Pero cuando le conté un poco de mi vida, lo que el Señor había hecho en ella, cómo he visto su amor, su misericordia, cómo me ha cambiado el corazón... (todo ello traducido, claro está), vi cómo se le llenaban los ojos de lágrimas. Nos dijo que quería una fe como la nuestra...

Una vez más, la soledad. El cáncer de nuestra sociedad del bienestar y de la calidad de vida. Pero la gente vive y muere sola. Y luego hablan de la muerte digna. ¿Qué hay más digno que morir rodeado de las personas a las que amas?

Nosotros hemos descubierto una perla preciosa. Se llama Jesucristo. Nació y murió por amor. Pero está resucitado. Y nos ha abierto el camino de la Vida inmortal. ¿Qué miedo podemos tener? Decía San Cipriano en el oficio de lectura de hoy (una lectura que no tiene desperdicio!): "rechacemos el temor de la muerte con el pensamiento de la inmortalidad que la sigue. Demostremos que somos lo que creemos."
Y ese mismo Jesús que está vivo es el que nos acompaña en nuestro caminar, el que nunca nos deja solos. Y nos quita el miedo. No sólo a la muerte física, sino también a morir cada día para hacer Su Voluntad.
Recuerdo que alguna vez me han preguntado si no tengo miedo a perder el trabajo, a tener un nuevo hijo... Pues sí, lo he tenido. Pero hoy el Señor me concede sentirme libre. Precisamente porque me he puesto en sus manos. Y sé que Él lleva mi vida. "¿Quién nos podrá separar del amor de Dios?" Nada ni nadie. Están pagadas mis deudas. Mi caballo se impacienta. Me voy a todas partes.

Que Dios os bendiga. Me voy a planchar la oreja, que estas horas ya no son decentes...

miércoles, 26 de noviembre de 2008

El escándalo de la cruz

Esto lo escribí anoche. Pero, una vez más, Blogger funcionaba de pena y no me dejó poner la entrada... Les voy a mandar más lejos...

Vengo de la parroquia de nuestro barrio, donde José está haciendo las catequesis para la Primera Comunión. Un miércoles al mes nos reúne el párroco a los padres de los niños para darnos también catequesis. Es una buena iniciativa, porque muchos padres llevan a sus hijos a hacer la Primera Comunión más por cuestiones sociales que por que reconozcan la importancia del sacramento.

En todas partes cuecen habas. Porque lo mismo vimos nosotros visitando estos dos últimos años a los papás de los niños de Primera Comunión: los padres también necesitan una formación cristiana si quieren ayudar a sus hijos a crecer en la fe. De lo contrario, la Comunión se queda en un rito bonito pero vacío, sin continuidad, sin sentido al fin. Para muchos niños la Primera Comunión se convierte en la última. Yo les decía a los padres que, si realmente les interesaba transmitir la fe a sus hijos, ellos mismos debían acercarse a la iglesia (participar de la eucaristía, formarse...). Esto de formarse es especialmente importante, porque los niños preguntan. Y sus preguntas no son precisamente peritas en dulce. Hoy, sin ir más lejos, una mamá le transmitía al sacerdote una pregunta que le hacía su hija. Por lo que he podido entender era algo así como por qué existe el mal en el mundo, por qué Dios permite que la gente haga cosas malas, que ocurran desgracias, etc. La verdad es que no sé muy bien por dónde le ha salido al responder. Pero a ese tipo de preguntas sólo puedes salir victorioso de dos formas: saliendo por peteneras y mandando al niño a la cama por no acabarse la cena y andarse con preguntas bobas; o bien teniendo las ideas bien claras sobre Dios y el hombre, sobre el creador y la creatura, sobre el Amor y el amado.

Bien. Yo venía a contar todo esto de la susodicha catequesis porque estaba en ella al borde del colapso. Afortunadamente no tenía ningún objeto cortante a mano, que si no... Estaba por simular un ataque al corazón y tirarme al suelo para que me sacaran de la sala, porque tenía ya tales retortijones neuronales de escuchar y no entender ni papa... Bueno, no es cierto, algo he entendido: cuando preguntaba "¿alguna pregunta?". Je, como para preguntar estaba yo.

Lo cierto es que este tema ha sido una excusa para retomar el blog. Llevaba unos días un tanto bajo de moral, "en crisis" que dicen algunos. El Señor me ha vuelto a hacer presente que sin la cruz no es posible ser cristiano, que sólo a través de ella se llega a Cristo resucitado; o mejor dicho, sólo a través de ella Cristo resucitado se puede hacer presente en mi vida.
Hoy recordaba el Papa en su catequesis semanal el himno a la caridad de San Pablo: "Aunque hablara las lenguas de los hombres..., si no tengo caridad, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe... La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés."
Como decía Santiago en su carta: "Así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta" (2,26). Pues eso es lo que me ayuda a descubrir la cruz: lo que hay en mi corazón, lo que sale de mí; lo que hay detrás de mi débil fe, que en cuanto se pone a prueba, sucumbe.
Y el demonio lo sabe y se aprovecha. Y me lleva a escandalizarme de lo que veo dentro de mí, de mis pecados.
Pero siempre hay una palabra que te consuela, que te ayuda, que te pone de nuevo en la verdad. Hoy me acordaba de algo que he oído muchas veces. Y es que Cristo no se ha escandalizado de mí, jamás lo ha hecho. Y me ha amado hasta el extremo, hasta dar la vida por mí; precisamente cuando yo era "malvado y pecador". Él se ha subido a la cruz por mí.
Dice también el Papa: "Sería un desprecio del inestimable valor de la justificación si, habiendo sido comprados al caro precio de la sangre de Cristo, no lo glorificásemos con nuestro cuerpo. En realidad, este es precisamente nuestro culto "razonable" y al mismo tiempo "espiritual", por el que Pablo nos exhorta a "ofrecer nuestro cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios" (Rm 12,1). ¿A qué se reduciría una liturgia que se dirigiera solo al Señor y que no se convirtiera, al mismo tiempo, en servicio a los hermanos, una fe que no se expresara en la caridad? Y el Apóstol pone a menudo a sus comunidades frente al juicio final, con ocasión del cual todos "seremos puestos al descubierto ante el tribunal de Cristo, para que cada cual reciba conforme a lo que hizo en su vida mortal, el bien o el mal" (2 Cor 5,10; cfr anche Rm 2,16). Y este pensamiento debe iluminarnos en nuestra vida de cada día."

En resumen: "Justificados por el don de la fe en Cristo, estamos llamados a vivir en el amor a Cristo hacia el prójimo, porque es en este criterio en el que seremos juzgados al final de nuestra existencia."

Una vez más os pido vuestras oraciones, para que la misión dé frutos, sobre todo en nuestros corazones.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Oh, blanca Navidad...


Sí, ya sé, aún no es Navidad (excepto para El Corte Inglés). Pero ayer amaneció todo nevado por aquí, así que ya hemos empezado a cantar villancicos. Es lo que siempre echábamos de menos cuando llegaba la Navidad, un poquito de nieve. Pues aquí ya la tenemos, después de varias previsiones fallidas (ya parecía el cuento de Pedro y el lobo). Y no parece que sea la última que vayamos a ver. Para mañana anuncian que vamos a tener 11º... ¡¡bajo cero!! de mínima. Y el martes, ¡¡¡¡¡16º bajo cero!!!!! Así que vamos a tener que embutirnos como salchichones. Pero...¿y lo bonito que es verlo todo nevado y lo divertido que es jugar a tirarse bolazos? Si esta $%&# de Blogger me deja, pondré un par de fotos.

En breve se celebra la fiesta de San Nicolás. Creo que es el día 6. Es como Santa Claus, pero sin la influencia de la "Coca-loca" ni de los centros comerciales. Trae mandarinas a los niños que se portan bien y patatas a los gamberretes. Así que en casa tenemos montada una guerra entre la pequeña Esther e Isaac, sobre quién se va a llevar unas cuantas patatas.

El viernes tuvimos una misa con el obispo. Venía a Ludwigshafen en visita pastoral.
Son de lo más curioso las misas en este país. Para empezar, les encantan las banderitas. Detrás de la presidencia se pone un montón de gente con banderas, representando a grupos, asociaciones, etc. Y se pasan la misa sujetando los mástiles. Qué ganas, ¿verdad?
Las iglesias en sí, por dentro, son muy sencillas, sin ninguna decoración, adorno o pinturas. Pero todas tienen su órgano y coro. El otro día, había un par de corales. ¡Y una orquesta! En un momento se pusieron a tocar algo que me hizo recordar a Sister Act o a El padrecito; pensé que en cualquier momento iban a salir todos bailando con los brazos para arriba, al estilo musical de Broadway. Y no es que sean misas especialmente divertidas. Todo lo contrario. Todo es muy serio, con mucho protocolo. Hay montones de monaguillos revestidos, con velas, perfectamente sincronizados.
El obispo hizo una homilía muy acertada (según me dijeron, porque mi alemán no me da para más que entender palabras sueltas). Y al terminar se quedó fuera, en la calle, al fresco, para charlar con la gente. Cuando le saludamos, se acordó de nosotros, de que estamos de misión aquí. Y como habla algo de "itañol", nos preguntó por los mayores, que qué tal en el colegio; qué tal la misión, etc. Muy majo, abierto y espontáneo.

Ayer tuve oportunidad de dar razón de mi fe. Fue a nuestro vecino, un muchacho de veintitantos años, protestante de nacimiento. Como compartimos la infraestructura de la casa (todo es una sola casa, aunque está dividida en dos viviendas independientes), compartimos los problemas de agua, calefacción, basuras... Así que hablando y hablando, él me contaba sus inquietudes en temas de fe, cómo ve casi imposible vivir una vida religiosa viviendo como todo el mundo, como te impone la sociedad occidental. Él no es practicante. Pero le gusta leer. Y me contaba que cuando algo le interesa intenta leer todo lo que puede. Así que aproveche para recomendarle a Scott Hahn -- ese teólogo americano del que he hablado últimamente--, converso del protestantismo al catolicismo en su anhelo por profundizar en su fe, por buscar respuestas a los interrogantes que se le planteaban y a los que no encontraba respuesta.
En la conversación que mantuvimos traté de contarle mi experiencia de fe. Ahí vi una vez más mi pobreza, mi incapacidad para dar testimonio de Cristo. Y no sólo porque habláramos en inglés; sino porque en esos momentos me parece que mi experiencia sólo me puede servir a mí, que para los demás puede que no representen nada más que historias, casualidades. E intento revestirla de razonamientos razonables. Total, que al final suena a cuento de hadas. Y entonces me digo, ¡vaya castaña de misionero estás hecho, amigo!
Está claro que no soy yo ni mis palabras las que van a traer a la fe a nadie. O al menos yo no lo veré, para que no me dé por vanagloriarme. Es el Señor el que toca los corazones, el que pide permiso para entrar. A veces elige la necedad de la predicación. Pero muchas veces obra a través de caminos que sólo él conoce. En cualquier caso, le recomendé que acudiera a nuestra parroquia, que ahora están dando catequesis para adultos. Le dije que escuchara y que, luego, si tenía cualquier pregunta, que fuera a hablar con los catequistas, que al menos hablan alemán y podría comunicarse mejor que conmigo (de nuevo, lo decía no sólo por el idioma, sino también por mi flojera en la lengua).
Por otro lado, me acordaba de lo que nos decían nuestros catequistas de Alemania a las familias que hemos venido en misión, cuando nos recordaban que uno de los grandes problemas del misionero es el desánimo. Porque es muy fácil abatirse y preguntarse qué demonios estamos haciendo aquí, con lo pobres y débiles que somos, cuando hay gente mucho más preparada, que conoce la lengua, que tiene don de gentes, etc. Pero es para que se cumpla aquello de que Dios escoge lo que no es, lo que no vale, la basura del mundo (suena fuerte, ¿verdad?), para dar testimonio ante el mundo. Pues en eso estamos.
Rezad por nosotros para que el Señor nos conceda ánimo, paz y alegría.

Y gracias una vez más por continuar al otro lado de la "Internés".

martes, 18 de noviembre de 2008

¿Llorando? No, orando

Hay quien considera la oración como el último recurso, como que, bueno, como ya no se me ocurre que más podemos hacer, rezaremos, a ver si con un poco de suerte... Es como si en el fondo no nos creyéramos que Dios existe, que puede actuar o que tenga poder para cambiar lo que nosotros no hemos podido; o como si estuviera ausente, como si fuera un viejo relojero que hace un reloj, lo deja en un estante y se olvida de él. Pues aunque parezca mentira conozco a muchos cristianos que piensan así. De ahí que la oración pierda su sentido.

A mí desde pequeño me enseñaron a creer en un Dios cercano, en un Dios que actúa en la historia de los hombres, todopoderoso pero a la vez misericordioso, que ve el pecado pero sobre todo el sufrimiento del hombre, que escucha al que clama. Por eso nunca he dejado de rezar.

Más tarde fui profundizando en la oración. Me enseñaron su importancia para tener intimidad con Dios. Su valor para luchar contra los malos pensamientos, contra las tentaciones, para levantarse después de las caídas. Y también su poder para interceder por otros. Que la comunión en la Iglesia y con los santos empieza por ella.
También aprendí que los que nos han precedido en esta vida, los que ya han corrido en el estadio, los que han combatido el buen combate de la fe --como dice San Pablo--, interceden por nosotros.

Pero todo es no dejarían de ser bonitas teorías si no hubiera experimentado en multitud de ocasiones que es verdad. Como muestra, un par de botones.

Hace unas semanas contaba cómo la oración de toda la familia por Miriam, que necesitaba una amiguita en el cole, dio fruto. Fuimos a la casita de la Virgen (réplica de la de Loreto) para pedir su intercesión. ¡Y vaya si intercedió! En unos días se echó una amiguita, Celina, y ahora son inseparables. Y eso que a duras penas se entienden...

Pues bien, vistos los resultados y dado que José también ha estado atravesando por una soledad durísima, donde los únicos que se le acercaban era unos niños con intenciones poco sanas, hemos estado rezando muchos días por él: por la noche, al acostarles; y por la mañana, de camino al cole.
Y de nuevo el Señor ha estado grande. El otro día empezó a llevarse al cole una pelota (que habíamos encontrado en el patio de la casa meses ha) y desde entonces se ha hecho imprescindible para sus compañeros, porque la última pelota que tenían la habían perdido y no tenían con qué jugar. Providencial, ¿verdad? Así que ahora vuelve contento a casa, porque por fin puede jugar en el recreo, no le persiguen e incluso alguno le ha acompañado hasta casa.

Pero lo gracioso fue cuando ayer por la tarde, arreglando el pomo de la puerta de la calle, vi al vecinito (más o menos de la misma edad de José, con el que va a catequesis). El niño se me quedó mirando y al fin se decidió a decirme algo. Como es normal, no pillé . A la segunda que me lo repitió entendí algo de una pelota. Así que pensé: "qué bien, hasta el vecinito quiere ahora jugar con José, con la de tiempo que queríamos que se relacionaran para que él también se lance a hablar alemán, etc etc". Así que llamé corriendo a José para que saliera a jugar. Los dos se quedaron mirando fijamente, inmóviles. José me miraba, el otro me miraba. Pensé que estaría interrumpiendo su espontaneidad, así que recogí las herramientas y me metí para adentro. Al cabo de un rato entraba José bastante contrariado, diciendo que no habían jugado a nada. (???) En fin, pensé, debe ser que los niños alemanes se lo pasan bien compartiendo el silencio (aunque doy fe de que no es lo que parece cuando salen del cole, como animalitos hambrientos recién liberados de sus jaulas...). El caso es que Esther y yo teníamos que ir a comprar, y al salir nos encontramos de nuevo con el vecinito, esta vez con su padre. El padre hablaba algo de inglés. Y nos pidió que si podíamos devolverle a su hijo la pelota, que se le había colado en nuestro patio. Se me quedó una cara de tonto... "Claro, le dije, tome". Imaginaos la reacción del pobre José: ¡le habíamos quitado su única arma para hacer amigos! Así que con las mismas buscamos una juguetería de urgencia, para comprarle otra pelota. Ya la tiene y todo sigue en su sitio. Bufff!!!

Bien, estas son experiencias que pueden parecer muy sencillitas, muy tontorronas. Para alguno no dejarán de ser casualidades. Para mí son una expresión clara del poder de la oración y de lo mucho que nos cuida el Señor, que está atento para atendernos hasta en los pequeños detalles.

Por eso cuando le digo a la gente "rezaré por ti" no es porque suene bonito o porque no sepa qué hacer o no tenga ganas de hacer nada más. Es porque ciertamente la oración tiene poder, es eficaz. Y el Señor nunca defrauda. Cuida del huérfano y de la viuda. Pero también del pequeño, del necesitado.

Porque también he visto que hay personas que, bien por su fe, bien por su inocencia o humildad, bien por la rectitud de corazón en su plegaria, obtienen con una rapidez increíble aquello que necesitan para sí o para otros. ¿Quiere decir eso que los que pedimos y pedimos y no obtenemos resultados visibles es porque tenemos poca fe? Bueno, en parte. Pero también es porque no sabemos qué pedir ni cómo pedir: muchas veces si nuestras peticiones fueran escuchadas arruinaríamos nuestras vidas; así de sencillo; y Dios lo sabe. Y como quiere lo mejor para nosotros, no nos lo concede.
En muchas ocasiones, cuando trabajaba en Ericsson, pedía el ser considerado, el llegar a ser algo, el tener un buen puesto. Sí, lo revestía de que podría ser un buen jefe, que cuidaría de la gente que tuviera por debajo. Pero en realidad lo que había en mi corazón era ambición. Ambición, sí. Y un orgullo que se resistía a no ser. Pues bien, ¿qué hubiera sido de mi vida si el Señor me hubiera concedido "ser"? ¿Dónde estaría ahora? Más que probable que aquí no. Me habría perdido la historia de amor que el Señor está haciendo conmigo, con mi esposa, con nuestros hijos.
Así que, cuando pido algo y el Señor tarda, ya sé que hay algo que anda mal en lo que pido. Seguro que Él tiene algo mucho mejor pensado para mí. Eso es descansar en la Voluntad del Señor. Y de verdad merece la pena. Porque ciertamente tu alma descansa.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Reconciliados con Dios

Este fin de semana hemos estado de convivencia. Y la verdad es que ha sido una gran ayuda, a pesar de que escuchar catequesis en alemán no es lo mismo que en tu propia lengua. Porque aunque Fulvio, un hermano italiano, nos ha traducido casi todo (que Dios bendiga a nuestros traductores, que se están ganando el Cielo), cuando estás pendiente de la traducción, de entender lo que te dicen, de no perder muchas palabras de esa voz en off que te llega de atrás... pues te resulta imposible interiorizar la palabra, meditar la predicación que escuchas. Pero bueno, será cuestión de tiempo. La verdad es que estoy en un punto con el alemán en el que ya distingo casi todas las palabras; es decir, voy cogiendo la musicalidad del idioma --sí, sí, aunque parezca mentira, la tiene --. No las entiendo, porque me falta todo el vocabulario del mundo, pero las distingo. Por algo se empieza. No dejéis de pedir en vuestras oraciones que el Señor nos conceda el don de lenguas y algún día podamos hablar esta.

En la convivencia tuvimos el sacramento de la Reconciliación, ese gran incomprendido. Hasta hace relativamente poco tiempo yo tampoco tenía muy claro por qué necesitaba decirle mis pecados a un sacerdote, para qué un intermediario. Pero como decía el otro día, es bueno, muy bueno, acudir a las fuentes: a los documentos de la Iglesia, a libros de autores cristianos, etc para entender. A mí me ayudó mucho un libro del teólogo americano que comentaba el otro día, Scott Hahn: "Señor, ten piedad. La fuerza sanante de la confesión". En esta obra cuenta cómo el sacramento ya se anticipa en el Antiguo Testamento, pero se revela plenamente en el Nuevo ("a quienes perdonéis los pecados, les son perdonados"). Y lo fundamental que es este sacramento para el cristiano, para la vida de fe y nuestro crecimiento espiritual ("quien oculta su pecado, no progresará"). Dice San Fulgencio de Ruspe en el oficio de lectura de hoy: "En esta vida somos transformados por la primera resurrección, que es la iluminación destinada a la conversión; por ella, pasamos de la muerte a la vida, del pecado a la justicia, de la incredulidad a la fe, de las malas acciones a una conducta santa".

Al hilo de lo que comento, sobre lo importante que es para el cristiano formarse bien para tener una opinión y argumentos para defender nuestra fe, os cuento por qué empecé yo a documentarme y a buscar información, especialmente sobre temas controvertidos.
Hace ya varios años, fui al servicio médico de mi empresa para vacunarme (me querían mandar a la India una temporadita...). Hablando con el enfermero me dijo que él ya no tenía fe (¿cómo llegamos a ese punto en la conversación? Ni idea), que la había perdido leyendo el libro de "El código Da Vinci". Que sí, que pensaba que había alguien que había creado todo, pero que por ejemplo, la Iglesia era un invento del hombre, que nos había estado lavando el cerebro desde tiempos inmemoriales, que lo de los dogmas no podía creérselo, etc etc.
Otro día hablaba de esto con Ramón, un sacerdote que estaba entonces en mi parroquia (y que hoy sigue su camino de santidad de misión en Nueva York). Le comentaba que para mí, la fe no se me podía venir abajo porque los dogmas fueran o no ciertos, que no dependía de ellos. Me contestó que la doctrina de la Iglesia es un todo, que no se pueden quitar partes, quedarnos con las que nos gustan o las que parecen más razonables y desechar otras. Todo tiene una razón, un porqué. La Iglesia no se ha inventado nada. Está todo en las Escrituras, sino dicho explícitamente, sí anunciado. Y la tradición de la Iglesia, que nos viene desde los mismos apóstoles y de los primeros discípulos, de los padres de la Iglesia, etc, es fundamental para entender el cristianismo, para entender cómo la Palabra de Dios se instauró en el mundo por obra del Espíritu Santo.
Vamos, que me dio un buen repaso. Y me recomendó que me leyera algún libro de este autor americano. Al ser converso del protestantismo, en sus libros profundiza sobre los temas más discutidos del catolicismo (el Papa, los dogmas, la Virgen, los santos, el purgatorio, los sacramentos). Empecé con la historia de su conversión y ya no pude parar. Ya he perdido la cuenta de cuántos ejemplares de sus libros hemos regalado...

Digo también todo esto porque tenemos que tener cuidado con qué cosas leemos o vemos en el cine, la televisión... Pensamos que somos adultos, que tenemos las cosas claras, que nada nos puede hacer daño. Pero no es así. Igual que la pornografía te hace daño tengas los años que tengas y sea cual sea tu condición (soltero, casado, sacerdote...), lo que veas o leas te puede formar o deformar.
Nunca me ha gustado demasiado crear polémicas. Por eso nunca suelo reenviar mails de esos en los que se habla en contra de alguien o de algo. Me parece que es mucho más productivo hablar de las cosas buenas, de lo que construye, que tratar de destruir, de crear un ambiente beligerante, de contienda, de animadversión. Dice José Ignacio Munilla, obispo de Valencia: «Es preferible encender una luz que maldecir las tinieblas». Por eso incluyo un artículo de este obispo donde sigue esta política, en relación a una película corrosiva que se ha estrenado recientemente. Ya no hablamos de mensajes más o menos subliminales contra el cristianismo, como podía haber en libros/películas como la que he mencionado antes o como "La brújula dorada", o el último libro de Ken Follet (la continuación de "Los pilares de la tierra"). Esta película es algo abiertamente agresivo, destructivo, venenoso. Podéis leer el artículo en:
http://www.nortecastilla.es/20081102/palencia/camino-alexia-20081102.html
En fin, paciencia. Al final no son ellos los culpables, sino el demonio que les tiene totalmente engañados. Dice San Pablo: "nuestra lucha no es contra la carne ni la sangre, sino contra los espíritus del mal que habitan en las tinieblas" (o algo así). Yo prefiero rezar por esta gente que aún no han descubierto las maravillas del amor de Dios, que viven sufriendo en la amargura y en la desilusión. Así amontono ascuas sobre sus cabezas...

Otro día más. Que Dios os bendiga.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Sobre San Pablo

Hoy sólo dos apuntes, que ya es tarde y tengo muuuucho sueño.

Esta mañana leía las dos últimas catequesis que da el Papa en sus audiencias de los miércoles. Versan sobre San Pablo. Y me han parecido tan buenas y profundas que incluyo los enlaces por si a alguien le interesa. Están sacadas del Zenit:
http://www.zenit.org/article-29067?l=spanish
http://www.zenit.org/article-29144?l=spanish

Por cierto, para suscribirse a esta publicación: http://www.zenit.org/spanish/subscribe.html

Nos vamos de convivencia. Rezad por nosotros para que el Señor pase con fuerza.

martes, 11 de noviembre de 2008

En el dentista

Decía hoy el cardenal Antonio Cañizares, arzobispo de Toledo y primado de España, en una conferencia sobre los laicos en Barcelona:

"La crisis económica esconde una profunda crisis humana causada por la construcción de nuestras vidas al margen de Dios, por el relativismo moral, por el laicismo radical y por una ideología de género insidiosa que conlleva la destrucción de la verdad del hombre.
Todo el esfuerzo del hombre sin Dios conduce a un callejón sin salida".

El cardenal pidió nuevas generaciones de cristianos para que el mundo se despierte con la Luz de Cristo y propuso un nuevo reto para la Iglesia: "impulsar una pastoral misionera para hacer una Iglesia evangelizada y evangelizadora".

Pues ahí estamos nosotros, entre esas nuevas generaciones que han descubierto algo de la Luz de Cristo. Contentos por la historia que Él ha hecho con nosotros. Agradecidos por la misericordia y la paciencia que ha tenido con nosotros.

Y no sin miedo. Sobre todo los que somos un poco cobardes y nos da pavor eso de hacer el ridículo. Hoy, sin ir más lejos. He llevado a José al dentista (obligado por una circular del ministerio a través del cole). Iba armado con un diccionario de bolsillo por si las moscas (fíjate como soy: en vez de llevar el Evangelio, o el rosario...). Al llegar, la primera prueba: la señora de recepción me ha puesto delante un cuestionario para que lo rellenase con los datos, historia clínica, etc del niño. Ahí ya he empezado a sudar por todos los poros. A duras penas entendía dónde poner los datos personales (nombre, apellido, calle, ciudad...), como para entender el cuestionario millonario. Al final la señora se ha apiadado de mí, me ha preguntado si necesitaba ayuda, le he dicho que el niño está mu sano y ha puesto un tachón enorme en el papel para indicarlo. ¡Prueba superada! Luego con la dentista he podido hablar en inglés --bendito inglés--, ha sido muy amable y hasta le ha regalado un juguete.
Vamos, que al final el Señor siempre ayuda.

Bueno, lo dejo por hoy. Estoy espesísimo. Llevo media hora para escribir el párrafo anterior...
Otro día más.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Fides et ratio

Sin que sirva de precedente, me dejan el ordenador libre a horas decentes. Así que no voy a desaprovechar la ocasión.

Hoy sólo voy a copiar unas líneas que leía del predicador del Papa con motivo de la fiesta de la dedicación de la basílica de Letrán. Aclaran algo que a veces incluso los propios cristianos tenemos un poco confuso: el porqué de tener templos y signos externos cuando parece que hoy lo que se estila (o lo que nos quieren hacer creer que está en boga) es la religión interior, en el ámbito de lo privado...

Dice así:

"¿Qué representa para la liturgia y para la espiritualidad cristiana la dedicación de una iglesia y la existencia misma de la iglesia, entendida como lugar de culto? Tenemos que comenzar con las palabras del Evangelio: "Pero llega la hora (ya estamos en ella) en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren".

Jesús enseña que el templo de Dios es, en primer lugar, el corazón del hombre que ha acogido su palabra. Hablando de sí y del Padre dice: "vendremos a él, y haremos morada en él" (Juan 14, 23) y Pablo escribe a los cristianos: "¿No sabéis que sois santuario de Dios?" (1 Corintios 3, 16). Por tanto, el creyente es templo nuevo de Dios. Pero el lugar de la presencia de Dios y de Cristo también se encuentra "donde están dos o tres reunidos en mi nombre" (Mateo 18, 20). El Concilio Vaticano II llama a la familia "iglesia doméstica" (Lumen Gentium, 11), es decir, un pequeño templo de Dios, precisamente porque gracias al sacramento del matrimonio es, por excelencia, el lugar en el que "dos o tres" están reunidos en su nombre.

¿Por qué, entonces, los cristianos damos tanta importancia a la iglesia, si cada uno de nosotros puede adorar al Padre en espíritu y verdad en su propio corazón o en su propia casa? ¿Por qué es obligatorio ir a la iglesia todos los domingos? La respuesta es que Jesucristo no nos salva por separado; vino a formar un pueblo, una comunidad de personas, en comunión con Él y entre sí. Lo que es la casa para una familia, lo es la iglesia para la familia de Dios. No hay familia sin una casa."

Y continúa luego con algo que mencionaba en una de las últimas entradas del blog:

"Ahora bien, tenemos que evocar también un fenómeno doloroso: el abandono en masa de la participación en la iglesia y, por tanto, en la misa dominical. Las estadísticas sobre la práctica religiosa son como para echarse a llorar. Esto no quiere decir que quien no va a la iglesia haya perdido necesariamente la fe; no, lo que sucede es que se sustituye a la religión instituida por Cristo por la llamada religión "a la carta". En Estados Unidos dicen "pick and choose", toma y escoge. Como en el supermercado. Dejando la metáfora, cada quien se hace su propia idea de Dios, de la oración y se queda tan tranquilo.

Se olvida, de este modo, que Dios se ha revelado en Cristo, que Cristo predicó un Evangelio, que fundó una ekklesia, es decir, una asamblea de llamados, que instituyó los sacramentos, como signos y transmisores de su presencia y de su salvación. Ignorar todo esto para crear la propia imagen de Dios expone al subjetivismo más radical. Uno deja de confrontarse con los demás, sólo lo hace consigo mismo. Dios queda reducido a la proyección de las propias necesidades y deseos. Ya no es Dios quien crea al hombre a su imagen, sino que el hombre crea un dios a su imagen. ¡Pero es un Dios que no salva!

Ciertamente una religiosidad conformada sólo por prácticas exteriores no sirve de nada; Jesús se opone a ella en todo el Evangelio. Pero no hay oposición entre la religión de los signos y de los sacramentos y la íntima, personal; entre el rito y el espíritu."

Siempre digo que es bueno acudir a las fuentes cuando nos entran dudas de fe o cuando hay cuestiones que no tenemos muy claras sobre la Iglesia. De lo contrario corremos el riesgo de que llegue alguien, nos haga un par de preguntas y se nos venga abajo nuestra débil fe, soportada a veces sólo por argumentos que oímos hace años. Es cierto que la fe necesita de experiencia. Pero la experiencia también se adquiere a través de la lectura de los que tienen más experiencia que nosotros. De ahí que en la liturgia de las horas siempre tengamos dos lecturas largas (una de ellas de los padres de la Iglesia, Papa, obispo o similar) y la lectura del Evangelio. Como tantas veces hemos oído, la fe viene por el oído. O en su defecto, a no ser que te lo lean, viene por los ojos, por la lectura. La fe vivida por nuestros hermanos mayores en la fe es nuestro patrimonio, el legado que nos han dejado. No seamos como el hijo pródigo...
Por eso, para terminar quería dejaros un par de enlaces de Internet donde podéis encontrar la respuesta a todos los interrogantes sobre la Iglesia y sobre nuestra fe.
El primero es, claro está, la página del Vaticano, una mina de documentos únicos para entender la Iglesia de hoy. Os pongo el enlace a la página de los Papas. En cada uno aparecen todas sus encíclicas, cartas apostólicas, exhortaciones, catequesis, homilías, etc.
El segundo es la página de un teólogo americano de nuestros días. ¿Quién dijo que la teología podía ser aburrida? No sólo escribe para que se le entienda (no es como San Agustín o Santa Teresa...), sino que trata con una profundidad especial temas especialmente delicados, como la figura del Papa, de la Virgen María, los santos, los sacramentos, el purgatorio... ¿Y por qué? Pues porque era protestante, convertido al catolicismo como consecuencia de una búsqueda incansable de la verdad. La historia de este milagro y de este portentoso viaje está narrada en su libro "Roma, dulce hogar". Por cierto, su nombre, Scott Hahn. El único defecto que le he encontrado: es americano y está todo escrito en inglés... ;-) Pero para los que no os dé mucho miedo leer en bárbaro, la página donde tiene la mayoría de estos temas es:
En cualquier caso, tiene unos cuantos libros traducidos al castellano. Una pasada, oyessss. Poned su nombre en Google y seguro que encontraréis alguno. Han sido de los pocos libros que me he traído aquí (no sólo porque son pequeños, sino porque tengo la esperanza de que podré releerlos algún día), porque cada uno es como una joya.
Por cierto, no recibo comisión por hacer propaganda, que conste. Pero es que soy incondicional suyo, jeje. Otro día os contaré más cosas de él... y de su mujer. Ella tiene otro libro absolutamente demoledor. Y también os contaré cómo llegué hasta él.
Os pongo otra foto de mi Mateíto después de fumarse otro peta... Ya he conseguido que sonría, pero aún me falta que sonría y abra los ojos a la vez.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Misa Disney

Me equivoqué. Gracias a Dios me pasé de listo cuando decía en mi última entrada que seguro que habría cuatro gatos en la primera misa del nuevo párroco. Pues lo cierto es que ha habido lleno hasta la bandera.

Nosotros, fieles a nuestras costumbres, hemos llegado un pelín tarde... Y nos ha tocado estar cerca de dos horas de pie. Sí, sí, casi dos horas de misa solemnísima, con intervenciones de no se cuánta gente, con un montón de cantos, etc. De hecho me decía José: "caramba, papá, parece una película de Disney, todo el rato cantando". Pero ahí hemos aguantado, sin enterarnos de la misa la mitad (en este caso el dicho es más benigno que la realidad), de pie, con mirada estoica dirigida al infinito. Esther ha conseguido un sitio y se ha sentado con Mateo. Y como tiene una facilidad pasmosa para hacer amistades, la viejecita de al lado se ha puesto a preguntarle --susurrando--quién sabe qué. Y me miraba con ojos de cordero degollado y me hacía muecas para que me acercara y le tradujera lo que decía la buena señora. Claro, como yo tengo superpoderes lingüísticos...

En fin, que ha sido un rollazo. He estado a punto de tirarme al suelo y fingir un ataque de epilepsia para que me sacaran de allí... Menos mal que luego había un piscolabis. Creo que esa era la razón de que hubiera tanta gente. O eso o que han llamado a todos los fieles del resto de parroquias para que el pobre hombre no se sintiera muy solo, jeje.

En el piscolabis nos hemos apalancado en uno de los salones a disfrutar de la deliciosa agua con gas, panecillos de todo tipo y cachitos de pasteles variados. Hoy comentábamos lo mucho que echamos de menos las exquisiteces de la dieta mediterránea. Aquí comen pan, patatas, salchichas y dulces. Fin de la variedad gastronómica.

Casualidades de la vida, en ese rato hemos estado charlando con un matrimonio italiano, astrónomos ambos. Nos contaban que su hermano es sacerdote y está destinado en una parroquia de New Ark. Allí precisamente van a ir en misión unos hermanos que conocemos. El mundo es un pañuelo.

Hoy he leído un pensamiento de San Agustín que me ha gustado mucho. A veces era un poquillo oscuro escribiendo (yo casi muero leyendo sus Confesiones), pero otras decía verdades como puños y bien claritas. La cita dice:
"Dios no manda cosas imposibles, sino que, al mandar lo que manda, te invita a hacer lo que puedas y pedir lo que no puedas y te ayuda para que puedas".

Aquí os la dejo para la reflexión personal. Yo estoy que me caigo de sueño. Y empieza la semana.
Buen comienzo para todos. Que Dios os bendiga.

sábado, 8 de noviembre de 2008

La fe sobre la Tierra

Lo repito: las herramientas de Google cada vez funcionan peor (Gmail, Picasa, Blogger...). Me cuesta un triunfo subir o mandar fotos. Y ya si combinas estas herramientas con el prodigioso Windows Vista y mi envidiable ordenador Dell, consigues la mezcla perfecta para dejarte incomunicado... Pero como no me rindo fácilmente, sigo probando nuevas alternativas. Y he conseguido crear un pequeño álbum de fotos. Son un poco de todo: desde una de la convivencia de Porto San Giorgio, pasando por la última convivencia que tuvimos en Bonn (donde nos encontramos a los padrinos de mi hermano mayor, en la foto) o alguna salida que hemos hecho. Para quien quiera echarle un ojo, os mando el enlace. Espero que funcione...
http://picasaweb.google.com/jose.ignacio.espinosa/FotosFamiliares?authkey=VN2R2JF2Ebg

Hoy sábado no hemos tenido eucaristía. Mañana es la primera misa del nuevo párroco y quería reunir a todos sus feligreses en una sola misa. No sé si cabremos... lo mismo sólo sobran 50 ó 60 bancos, jeje. Es muy triste ver misas de domingo en las que no debe haber más de una veintena de personas.
El otro día me decían que se cuentan por decenas de miles las personas que apostatan del catolicismo o que sencillamente dejan de acudir a la iglesia, cada año. En Alemania las diferentes confesiones se mantienen a través de impuestos. Tú dices cuál es tu religión y un tanto por ciento de tus ingresos van a parar a esa iglesia. Por eso mucha gente sencillamente apostata, de modo que se ahorran el gasto.
Hay otros problemas que vienen de tiempo atrás, heridas históricas que están pasando factura. Uno fundamental es la desobediencia de la iglesia alemana --los obispos-- al Papa Pablo VI con motivo de la publicación de la encíclica Humane Vitae, en los años 60. Tal desobediencia a la cabeza ha traído consigo por ejemplo que los sacerdotes más tarde desobedecieran a sus obispos. Me contaban que hay sacerdotes que amenzan a su obispo con colgar el hábito si les mandan a tal parroquia o que sencillamente se niegan.
Otro gran problema, que está realmente desangrando las parroquias es la presencia del consejo parroquial. Es una entidad con tal poder en la parroquia, que el párroco no tiene apenas potestad para decidir qué se hace o no en su feudo. Así, por ejemplo, nuestra parroquia es más un club social que otra cosa. De hecho celebramos en una sala en la que hay varios futbolines. Sin comentarios...
Estoy pensando que a lo mejor ya había hablado de todo esto. En fin, el alzheimer...

Pero toda esta situación no creo que sea para desanimarse. Está claro que si Dios lo permite es porque será para bien. En Alemania tiene que nacer una nueva Iglesia. Y como en Alemania, en todas partes. La luz de Cristo resucitado debe ser irradiada a través de su cuerpo. Esta iglesia la componemos gente débil, pecadora y muchas veces rebelde. Pero como dice San Pablo, Dios ha escogido lo débil del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta, para mostrar al mundo, a los sabios y a los poderosos, la sabiduría, la bondad y la misericordia de Dios.
Y cómo de esa gente débil el Señor es capaz de sacar auténticos héroes. Me acordaba ahora de Moisés, cobarde y tartaja, pero libertador de su pueblo.

No obstante, no hace falta irse a la Biblia para encontrar ejemplos de héroes por el Evangelio, de hombres y mujeres que han descubierto el inmenso amor de Dios. También en medio del sufrimiento y a veces del absurdo.
Ayer me escribía una hermana que me contaba... bueno, mejor lo transcribo literal. Así soy más fiel... Espero que no te importe (¿tiene copyright?), pero es que me ha impresionado tanto que no he podido resistir compartirlo con todos los que leeis el blog.

"Esperamos nuestro tercer hijo, un hijo fantástico porque nos hemos ofrecido para una adopción especial, de un niño con cualquier tipo de discapacidad o enfermedad o con lo que Dios quiera y tenga pensado para nosotros, quién mejor que Él sabe qué es lo mejor para nuestra familia. Estamos contentos y en paz, sabiendo que esto no parte de nosotros y que no tendremos que hacerlo solos..."

Otra hermana, de la que contaba en entradas anteriores que su marido ya ha partido con el Señor, nos escribía lo siguiente (espero que tampoco te importe que te haga protagonista un día más... pero digo lo mismo que antes, me ha impresionado profundamente):

"RAFA HA TENIDO UNA MUERTE DE CRUZ, DE VERDADERA CRUZ COMO DICE EL CANTO, PERO HEMOS ESTADO FIELES EN LA PRUEBA, EL EN LA CRUZ Y YO A LOS PIES DE LA MISMA, SINTIENDO COMO UN PUÑAL ME ATRAVESABA EL CORAZON, COMO A LA VIRGEN MARIA, PERO FIELES AL SEÑOR HASTA LA ULTIMA HORA. ASI DECIDIMOS VIVIR UN DIA Y ASI NOS LO HA PERMITIDO EL SEÑOR, BENDICIENDO AL SEÑOR EN TODO TIEMPO.

ESE MERITO NO ME CORRESPONDE, SOLO ES FORTALEZA DIVINA. ES GLORIA PARA DIOS... POBRE DE MI, SI HE SIDO UNA SOSTENIDA TODO ESTE TIEMPO, SOSTENIDA POR LA ORACION Y POR LA MISERICORDIA QUE EL SEÑOR TIENE CONMIGO.

CUANTAS VECES EL DEMONIO ME PUSO POR DELANTE ESTE MOMENTO COMO ALGO TERRIBLE, COMO ALGO ESPANTOSO, Y DE VERDAD OS DIGO QUE HUMANAMENTE ASI HA SIDO, PERO TAMBIEN HE DE DECIR, QUE HA SIDO UN TIEMPO DE BENDICION, DE MILAGROS Y DE VER COMO DIOS ASISTE Y COMO SE PUEDE VER QUE REALMENTE LA MUERTE ESTA VENCIDA...

HABLAS DEL DEMONIO Y YO NO QUIERO NI PONERME A PENSAR. NO TE IMAGINAS LAS VECES QUE EL DEMONIO ME HA PUESTO POR DELANTE MI FUTURO CON LA ENFERMEDAD DE RAFA, LAS VECES QUE ME HA HECHO TEMBLAR PENSANDO EN LA MUERTE DE MI MARIDO, Y LAS VECES QUE LO HE DEJADO ENTRAR EN MI VIDA Y ME HA [censurado...]. Y AHORA, ESTHER, UNA VEZ PASADO EL MOMENTO TAN TEMIDO POR MI PUEDO DECIR QUE HAN SIDO DOS SEMANAS DE BENDICIONES, DE SUFRIMIENTO, SI, DE MUCHISIMO SUFRIMIENTO POR VER EL DETERIORO Y LA PERDIDA DE LA PERSONA A LA QUE AMAS; HUMANAMENTE (QUE GRACIAS A DIOS SIGO SIENDO MUY HUMANA) NO PODIA CON ELLO, SE ME MORIA MI RAFA, MI APOYO, MI MARIDO, .... PERO EL SEÑOR QUE TIENE INFINITA MISERICORDIA, Y LA TIENE, CREEME, ME HA SOSTENIDO, HA ESTADO A MI LADO HA LLEVADO LA CRUZ CONMIGO Y CUANDO EL SEÑOR TE AYUDA A LLEVAR LA CRUZ EL YUGO SE HACE SUAVE YLIGERO AUNQUE NO DEJA DE SER YUGO. ESPERO QUE ME ENTIENDAS PORQUE LOS MOMENTOS QUE HE VIVIDO EN EL HOSPITAL ME CUESTA MUCHISIMO REPRODUCIRLOS CON PALABRAS PORQUE SON MOMENTOS MUY INTENSOS Y SIEMPRE DE BENDICIONES PARA EL SEÑOR, PARA SORPRESA MIA LA PRIMERA, PRECISAMENTE POR EL MIEDO QUE EL DEMONIO ME HABIA PUESTO EN EL CUERPO. HEMOS PASADO DOS SEMANAS DE LAS CUALES MAS DE UNA HA SIDO ESPERANDO EL DESENLACE DE LA MUERTE. HAN SIDO DOS SEMANAS ESTUPENDAS DONDE NOS HEMOS PODIDO REIR, HE PODIDO COMER, HE PODIDO LLORAR Y LE HE PODIDO QUERER AUN MAS.

EL SEÑOR ES GRANDE ESTHER, SE HA LLEVADO A MI MARIDO, SI, PERO EL SEÑOR ES GRANDE. Y NO ESTOY LOCA NI EL ACONTECIMIENTO ME PRODUCE DESVARIOS, ES QUE ES INEXPLICABLE LA VIVENCIA DE CAMINAR SOBRE LAS AGUAS. AHORA SI PUEDO DECIR CON CONOCIMIENTO DE CAUSA QUE LA MUERTE ESTA VENCIDA Y QUE SI QUE SE PUEDE CAMINAR SOBRE LAS AGUAS."

Pues eso, que esto es la fe sobre la Tierra. Mientras siga habiendo hombres y mujeres en el mundo que le digan sí a Dios, que tengan el corazón y el entendimiento abiertos a ver la obra de Dios y que no se lo guarden para sí, la Iglesia seguirá viva.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Paso a paso

Nuestro pequeño Mateo ha empezado a dar sus primeros pasos solito. Como es un poco bruto y no tiene miedo a nada, le cuesta poco lanzarse al vacío con sus piernillas cortas. Es una pena que no pueda colgar más fotos, porque tengo una donde se le ve estupendamente la cara de velocidad caminando. Y digo que es una pena, porque Blogger funciona realmente mal cuando tratas de poner una foto. Aún así lo seguiré intentando.






Es una maravilla poder ver crecer a los niños. Sí, es cierto, verles crecer te hace viejo. Pero ¿acaso no es estupendo ser testigo de los mejores años de las personas, los de su infancia, cuando todo es juego y diversión?

Muchas veces se me olvida no obstante que los hijos son de Dios, no nuestros. Dios nos los confía durante un tiempo, para que les ayudemos a ser personas, a ser cristianos. Sí, los alimentamos, vestimos, cuidamos, les damos nuestro cariño... pero lo fundamental es que les transmitimos la fe. Porque pocas cosas podemos dejarles que realmente merezcan la pena. Muchas veces nos esforzamos por darles la mejor educación, queremos que estudien una carrera o que al menos puedan trabajar de algo que les saque de pobres... no vayan a sufrir... Y resulta que el sufrimiento les viene porque en la escala de valores que les hemos transmitido lo primero era el dinero, el ser, el tener. Nuestra herencia es la angustia vital y las neurosis con la que nosotros mismos hemos vivido.

¿Es eso de verdad lo que queremos para ellos? ¿Es lo mejor? ¿No será mejor hacerles libres de esclavitudes, del servilismo al dinero, de la angustia por el mañana? Y me pueden argumentar si eso no es alienarles de la realidad, hacer que vivan en los mundos de Yupi. Yo no lo creo. Al contrario. Es tan solo poner las cosas en su sitio. "Amarás al Señor con toda tu mente, con todo tu corazón, con todas tus fuerzas, con toda tu alma". Es el primer mandamiento de la vida. Es la primera palabra, la palabra más importante que el Señor nos ha regalado para ser felices, para vivir de verdad. Haz eso y vivirás.

¿O es que el Señor iba de broma cuando decía aquello de "No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, con que os vestiréis... Por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso".


Al hilo de esto de que los hijos son de Dios, y que Él nos los da y nos los reclama cuando Él quiere, el otro día el Señor se llevaba consigo a un niño de diez años, hijo de una familia de Munich. El niño era muy especial. Él mismo se había comprometido un año atrás a rezar el rosario todos los días por la evangelización en el mundo, especialmente en aquellos lugares donde no hay iglesia. El Señor le regaló ese don, esa misión. Aquí en Alemania tuvo que luchar por que le abrieran las iglesias para poder rezar ante el sagrario. Ahora el Señor le regala poder continuar a su lado la misión, en una eterna acción de gracias, con una plegaria ciertamente agradable a Dios.


Otra cosa, antes de que se me pase. Es sobre la eficacia de la oración. El otro día os contaba que José lo está pasando mal en el cole porque no tiene amigos y porque unos compañeros le hacen la vida imposible. Pues bien, todos los días rezamos para que el Señor le conceda un amiguito. Le hemos dicho que lo importante es pedir las cosas con fe, que el Señor te escucha y te concede lo que necesitas. Así que últimamente pide por tener este amiguito. Siempre, cuando vamos de camino al cole rezamos un avemaría por una intención especial. Y estos días es ese amiguito que necesita. Pues bien, lleva ya varios días que está jugando en alguna de las pausas con un niño de su clase que además le proteje de los otros que le molestaban. ¿No es estupendo? ¡Qué bueno es el Señor con nosotros, que nos permite ver su acción salvadora en nuestras vidas!

lunes, 3 de noviembre de 2008

Monday monday

Es lunes por la mañana. Después de la tempestad viene la calma. Ha sido una noche de dormir poco. Por un lado Mateo, que le debe doler la boca (el pobre tiene sólo dos dientes y me da que le van a salir los demás de golpe); y por otro Esthercita, que sigue con la costumbre de despertarse y venirse a nuestra habitación a no sé qué. Al final me la he bajado al salón para que dejara dormir a los demás. Ahora los que quedan en la casa están fritos. Así que aprovecho para ponerme al teclado, que luego ya no tendré tanta fortuna.

Esta semana no tengo cole (como dice Miriam, mi cole de palabritas). Hemos terminado el primer nivel y, como no hay gente suficiente para empezar el segundo --eso dicen--, nos hacen esperar hasta el día 12 a ver si se apunta alguien más. Yo creo que es una excusa, porque somos 10 alumnos, gente más que de sobra para seguir el curso. La cuestión es que cuantos más seamos más se embolsan. Pero ellos no mueven un dedo por buscar gente. De hecho nos cargan el mochuelo a nosotros: tenéis que buscar a alguien que quiera apuntarse, si no no podremos pasar al siguiente nivel... Pero qué morro!! En fin, yo no dejo de estudiar, repasar y practicar. Porque este idioma no te entra por la oreja ni aunque las tengas de soplillo.
Después de lo que nos han estado machacando últimamente con que los niños tienen que aprender más rápido, que tienen que integrarse, etc etc, se me ha ocurrido que vamos a intentar nosotros solos, en casa --dado que no encontramos ayuda de fuera--, enseñarnos unos a otros, compartir lo que cada uno va aprendiendo. Cada día uno será el profesor. Algo rápido, porque tampoco contamos con mucho tiempo para estar los cuatro parados. El sábado empecé yo. Hoy se ha ofrecido Isaac. Y tema libre. Un día puede ser gramática, otro aprender vocabulario, otro practicar lectura, otro dictado...

Ayer volvieron mis suegros a España, después de algo más de un año de misión en Tanzania. Creo que besaron el suelo como solía hacer nuestro queridísimo Juan Pablo II... Y según me han contado echaron alguna que otra lagrimilla por el recibimiento que tuvieron. Ahora tienen que discernir si siguen allí de misión o si piden cambiar de destino. Y es que Tanzania es muy duro para ir con niños. Y también hay mucha corrupción, en todos los ámbitos. Este tiempo, a pesar de las dificultades y los sufrimientos pasados, ha sido una experiencia que estoy seguro que no se habrían perdido por nada del mundo. Y no porque sean masoquistas. Sino porque en la misión tienes un encuentro personal muy especial con el Señor, que te mantiene, que te ayuda, que te cuida. ¡Ojo! No quiero decir que en cualquier otro lado no pueda uno ver la acción de Dios. Pero es cierto que cuando te encuentras desasido de todo lo que te da seguridad en esta vida (dinero, trabajo, familia, amigos, comunidad...) sólo puedes agarrarte a la roca. La oración es lo que te mantiene día y noche. La tuya y la de los que te tienen presente.

Una vez más quiero daros las gracias a todos los que seguís el blog. Para mí es una alegría poder compartir este tiempo con vosotros. Y recibir vuestros comentarios y correos nos ayuda un montón. ¡Ánimo para este comienzo de semana y que Dios os bendiga!