domingo, 9 de noviembre de 2008

Misa Disney

Me equivoqué. Gracias a Dios me pasé de listo cuando decía en mi última entrada que seguro que habría cuatro gatos en la primera misa del nuevo párroco. Pues lo cierto es que ha habido lleno hasta la bandera.

Nosotros, fieles a nuestras costumbres, hemos llegado un pelín tarde... Y nos ha tocado estar cerca de dos horas de pie. Sí, sí, casi dos horas de misa solemnísima, con intervenciones de no se cuánta gente, con un montón de cantos, etc. De hecho me decía José: "caramba, papá, parece una película de Disney, todo el rato cantando". Pero ahí hemos aguantado, sin enterarnos de la misa la mitad (en este caso el dicho es más benigno que la realidad), de pie, con mirada estoica dirigida al infinito. Esther ha conseguido un sitio y se ha sentado con Mateo. Y como tiene una facilidad pasmosa para hacer amistades, la viejecita de al lado se ha puesto a preguntarle --susurrando--quién sabe qué. Y me miraba con ojos de cordero degollado y me hacía muecas para que me acercara y le tradujera lo que decía la buena señora. Claro, como yo tengo superpoderes lingüísticos...

En fin, que ha sido un rollazo. He estado a punto de tirarme al suelo y fingir un ataque de epilepsia para que me sacaran de allí... Menos mal que luego había un piscolabis. Creo que esa era la razón de que hubiera tanta gente. O eso o que han llamado a todos los fieles del resto de parroquias para que el pobre hombre no se sintiera muy solo, jeje.

En el piscolabis nos hemos apalancado en uno de los salones a disfrutar de la deliciosa agua con gas, panecillos de todo tipo y cachitos de pasteles variados. Hoy comentábamos lo mucho que echamos de menos las exquisiteces de la dieta mediterránea. Aquí comen pan, patatas, salchichas y dulces. Fin de la variedad gastronómica.

Casualidades de la vida, en ese rato hemos estado charlando con un matrimonio italiano, astrónomos ambos. Nos contaban que su hermano es sacerdote y está destinado en una parroquia de New Ark. Allí precisamente van a ir en misión unos hermanos que conocemos. El mundo es un pañuelo.

Hoy he leído un pensamiento de San Agustín que me ha gustado mucho. A veces era un poquillo oscuro escribiendo (yo casi muero leyendo sus Confesiones), pero otras decía verdades como puños y bien claritas. La cita dice:
"Dios no manda cosas imposibles, sino que, al mandar lo que manda, te invita a hacer lo que puedas y pedir lo que no puedas y te ayuda para que puedas".

Aquí os la dejo para la reflexión personal. Yo estoy que me caigo de sueño. Y empieza la semana.
Buen comienzo para todos. Que Dios os bendiga.

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