viernes, 13 de febrero de 2009

Rezando a los pies de la cruz

Esta semana que ha pasado desde la última vez que escribí ha sido desconcertante. No sé si describirla como una bendición o como una locura. Han ocurrido muchas cosas. Pero no voy a entrar a dar detalles de nada. Se siente... ¿Y por qué? Porque sólo serviría para que yo o vosotros entrarais en juicio contra alguien. Y, ¿qué necesidad, verdad?


Lo importante es descubrir quién está detrás de lo que te ocurre y qué hay en el corazón de uno.
No hay duda de que el Señor te pone acontecimientos para ver qué hay en el fondo de tu corazón, para que nos conozcamos, para que veamos que no somos ni mucho menos tan santos ni tan perfectos como nos pensamos. El problema es que el demonio aprovecha esas pruebas para meter cizaña, para que nos rebelemos, para meternos en crisis, en juicio, en murmuración, para quitarnos la paz.


Y es que es curioso ver cómo reaccionamos ante la cruz, ante el sufrimiento, ante el sinsentido. ¡Qué rápido perdemos la paz cuando las cosas no son como queremos o como pensamos que tienen que ser! Enseguida nos sale el juicio, la ira... y en el fondo, la soberbia.
¡Y qué fácil nos dejamos llevar, qué prontos somos para defendernos, y qué tardos para recapacitar, para rezar, para pedir el discernimiento y para pedir perdón! Pero eso es lo que somos: hombre y mujeres débiles.

A pesar de todo yo estoy contento. El Señor nos regaló una convivencia estupenda, con una palabra fuerte que nos ha ayudado muchísimo. Y la misión sigue ayudando enormemente a la familia. Cada vez estoy más convencido de que el Señor llama a la misión a familias imperfectas, que necesitan ser reconstruidas desde los cimientos. En eso esta el Señor. Por eso dice el salmo: "si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los constructores".

Ánimo a todos los que rezáis por nosotros. No lo dejéis, ¿eh?
Ayer conocimos a unas hermanas, novicias carmelitas, que están rezando por la misión aquí en Ludwigshafen. ¡Qué bueno es el Señor que pone personas a lo largo y ancho del mundo rezando por nosotros! Y doy fe que la oración es eficaz. ¿Qué sería de nosotros sin ella?

3 comentarios:

jesús dijo...

¡Animo, hermanitos!.

El Señor os sostiene, vuestra cruz nunca será superior a vuestras fuerzas, como nos ha demostrado tantísimas veces el Señor.
Nosotros estamos de vuelta de la convivencia final del Camino, estamos como vosotros, empieza el dificil tiempo de los escrutinios finales y el combate es fuerte porque el enemigo quiere destruir la belleza de la obra que Dios ha hecho con cada uno de nosotros, ponernos delante la cruz, borrarnos la historia...
Es un tiempo en el que estaremos especialmente agarrados a la oración para no caer en tentación, en la misma que nombramos en el Padrenuestro, por eso necesitamos que recéis mucho por nosotros y, quizá el Señor tenga previsto que coincidamos en Israel este mismo año... ¡Ójalá!

En fin, muchos besos para todos y la Paz que sólo el Señor puede darnos esté con vosotros!.

Jesús y Mila.

alfonso dijo...

La Paz, hermanos. Hacía tiempo que no podíamos seguir vuestro blog porque parecía que se había secado vuestra pluma. Pero el Señor nos vuelve a regalar vuestra presencia a través de la web. ¿Será que habéis pasado una pequeña crisis? Pero como dice San Pablo, en nuestra debilidad se hace presente la fuerza de Cristo.No quiero emplear la palabra 'ánimo' porque dicen los entendidos en psicología que cuando uno no se encuentra bien del todo esa palabreja te hace sentirte peor. Pero bueno, utilizaré otra realidad que personalmente siempre me ha dado resultado: 'la cruz con Cristo es gloriosa'. Sigue resonando en mi interior las dos vertientes del Sermón del Monte: 'amor al enemigo' hacia el exterior; 'no juzguéis' hacia el interior. Esta es nuestra lucha actual y presiento que también la vuestra. Si Dios quiere mañana comenzamos los escrutinios del último paso. Os puedo anticipar que presiento alegría e ilusión en los hermanos para dar este paso. Cristo ha hecho maravillas en nuestras vidas ¿Os apuntáis? Dejaremos dos sillas vacías y miraremos de vez en cuando hacia la puerta por si llegáis. Ánimo hermanos (lo siento) que Dios nos ama y hacer Su voluntad es lo más de lo más.
La Paz.

José Ignacio dijo...

Cuán cierto es que necesitamos la cruz para acercarnos a Él. La cruz muchas veces pesa, escuece, incluso duele. Pero como decía un tío mío, si escuece es que está curando...

Seguid rezando por nosotros. Unidos en la oración.