sábado, 6 de diciembre de 2008

La familia mola

Pues sí, la familia. Cada día parece más un concepto del pasado, pero con poco futuro en esta sociedad. Lo que prima es el individuo, el yo, sin "ataduras", sin problemas, sin sufrimientos... siempre que se puedan evitar. Esa es una de las razones por la que no se desean los hijos. Nos hemos hecho egoistas. Los hijos representan problemas, incomodidades, cuestan dinero. Hacemos nuestros planes de familia, pensando en un futuro en el que tratamos de evitarnos sufrimientos innecesarios. Tratamos de asegurarnos el futuro. Y el de nuestros hijos.

Pero a pesar de todos esos esfuerzos, no somos felices. Y nuestros hijos tampoco. Porque hay un problema de fondo. Cuando vives sólo para ti, cuando sólo buscas tu propio interés, cada vez eres más infeliz. Sólo puedes ser feliz en la medida que te das, que te donas, que ofreces lo que tienes y lo que eres a los demás.

A mí me costó mucho entenderlo. Largos años de lucha interior. Sencillamente porque es irracional. ¿En qué cabeza entra lo que acabo de decir? Sólo se entiende cuando se experimenta. De lo contrario no deja de ser una teoría original.

Aquí en Alemania, pero también en España, mucha gente se sorprendía cuando les decía que teníamos siete hijos. Y más aún cuando decía que no tenía miedo de recibir los hijos que el Señor me regalase (¿no es eso lo que prometemos cuando nos casamos?: prometo recibir amorosamente los hijos que el Señor nos dé, etc). Choca de frente con la teoría predominante: la del bienestar, la de la calidad de vida. Pero eso es la paternidad responsable. Sí, sí. La paternidad responsable no es lo mismo que el control de natalidad que promulgan los gobiernos y los organismos internacionales. Paternidad responsable es ser intérprete de la voluntad de Dios. ¿Qué quiere Dios para nuestro matrimonio, para nuestra familia? Pero siempre poniendo en el centro el bien del que ha de nacer.

Ciertamente los hijos traen problemas, incomodidades, sufrimientos. Pero son parte del plan de Dios para nuestra salvación, para nuestra felicidad.

En pocos días llega a la misión nuestra hija mayor con su pequeño. El Señor, que es más inteligente que nosotros, nos la trae sin duda porque le ayudará. Pero también a nosotros, que somos tan débiles y que tanta falta nos hace ver la misericordia del Señor para poder tenerla nosotros.

Porque el Señor está empeñado con hacer una obra grande con nuestra familia, con todos. En sus manos estamos, en sus manos nos ponemos. Estoy seguro que quiere lo mejor para nosotros. Por eso nos arrancó de nuestra tierra y nos sacó para ser testigos. Testigos de su amor. Testigos de que los hijos son un don, un regalo inmenso. Testigos de que los hijos son de Dios, de que Él los da y los reclama.
Nosotros nos sentimos afortunados, porque el Señor nos ha elegido muchas veces para traer al mundo una nueva vida. No podremos darles muchas cosas materiales. Pero sabemos que son hijos para Él. Y como tales les educamos en la fe. En la creencia y en la esperanza de que Dios es un padre bueno, misericordioso y amoroso.

Pero hasta que ellos no lo descubran por sí mismos, no dejará de ser una hermosa teoría para ellos. Sólo el Espíritu Santo puede testimoniarles que es cierto.

Y como la familia importa, como es tan sumamente importante, no se la puede abandonar. Necesitamos rezar por tantas familias que se rompen, que se destruyen, que desaparecen. Por eso el próximo 28 de diciembre (y no es una inocentada) volveremos a repetir el encuentro por la familia en Madrid. Podéis leerlo en este enlace:
http://www.zenit.org/article-29424?l=spanish

Allí nos veremos. Rezad por nosotros. Y por nuestros hijos.

2 comentarios:

CRIS dijo...

¡¡Por fin me enterado de cuantos hijos tenéis!!

Pero bueno, ya tenéis un nieto? Desde luego, os conserváis divinamente, jajaja...a ver si quitas la foto de la Universidad y pones la de la realidad, José...O es que realmente sois los abuelos más precoces de España y parte de Alemania?

Nosotros también iremos al encuentro de las familias...igual nos encontramos, aunque claro, no sé si te voy a reconocer...jeje. Te pasaré el móvil para localizarnos.

Todo lo que dices en el post...no sabes lo bien que me viene...aunque la procesión, en mi caso, va por dentro.

Abrazos

Anónimo dijo...

Pues cuenta con ello, rezaré por vosotros.

Que Dios os bendiga.

Un saludo.