miércoles, 7 de enero de 2009

Un testimonio valiente

Aprovechando que unos duermen y otros juegan, iba a contar un poquito las vacaciones, como en el cole cuando volvíamos del verano. Pero entonces, haciendo limpieza de los cientos de correos que aún tengo por leer de estos días de Navidad, he dado con la homilía que dio el cardenal austriaco Christoph Schönborn en marzo del año pasado con motivo de la convivencia que mantuvieron todos los obispos de Europa con los fundadores del Camino Neocatecumenal en Jerusalén, en el Cenáculo.

Me ha encantado, porque refleja la situación de Europa, de su iglesia, sus heridas históricas y lo providencial que ha sido esta realidad eclesiástica que acaba de cumplir 40 años de vida.
Por cierto, este fin de semana se celebran en Roma esos 40 años. Allí estaremos nosotros, pero en nuestro caso para ser enviados "oficialmente" por el Papa como familia en misión. Doscientas y pico familias que hemos partido o vamos a partir a todos los rincones del planeta. Rezad por nosotros.

"[...]¿Cuál es la culpa de Europa?

La culpa principal de Europa es el No a la vida. [...] Europa ha dicho tres veces no a su futuro.
La primera vez en el '68 (ahora "celebramos" los cuarenta años, en el rechazo de la "HUMANE
VTTAE"), la segunda vez en el'75, cuando las leyes del aborto han inundado Europa y la tercera vez... justo ayer he recibido la noticia de que en Austria el gobiemo se ha puesto de acuerdo en el "matrimonio de los homosexuales", también en Austria - el tercer No al futuro, a la vida -- [...]Europa está muriendo por haber dicho No a la vida. Tengo en el corazón el decir esto en este lugar, donde jesús nos ha dicho que recibimos el perdón de nuestros pecados, porque pienso que también es un pecado de nosotros Obispos, aunque ninguno de nosotros fuera obispo en el '68.
En Alemania hoy sobre cien padres hay sesenta y cuatro hilos y cuarenta y cuatro nietos. Esto quiere decir: en una generación,la población alemana sin la inmigración, disminuye a la mitad. Hemos dicho No a la "HUMANE VT[AE". Nosotros no éramos todavía Obispos, pero nuestros hermanos no han tenido el ánimo de decir un SI claro a la "HUMANE VITAE."
Ha habido excepciones. La del cardenal de Berlin en el '68; el Cardenal Bentsch, preparó un texto para la conferencia episcopal alemana, que ha sido un texto profético. Este texto desapareció y ha salido otro texto, el "Die Kónigsteinerklaerung", que ha debilitado Alemania, la Iglesia Católica en Alemania.
Ha habido otra excepción, en Cracovia: un grupo de teólogos en el '76, fue profético, bajo la guía del ya Arzobispo Cardenal de Cracovia, el muy querido Papa juan Pablo, que escribió un
memorándum y este texto lo mandó a pablo VI.


[...]
Y luego ha habido un loco, en España, en las barracas con una loca que han tenido el ánimo de
decir Sí a la vida, sí a la HUMANE VITAE, yendo contracorriente. [...] Pero de estos locos, locos en Cristo, de estos locos ha salido una realidad que es tan innegable como la realidad del derrumbamiento demográfico europeo: son las familias del Camino. Son las familias del Camino, que nos dan en esta Europa el testimonio de que Pablo VI tuvo tazón: que la vida es el gran regalo de Dios, y que el Sí a la vida es la condición de una vida feliz, es una condición de una Europa viviente.


Pero nosotros Obispos, cerrados tras las puertas por la angustia no de los judíos sino de la prensa y también por el miedo de la incomprensión de nuestros fieles, no hemos tenido valentía. En Austria hemos hecho el "die Mariatrosterkaerung", en Alemania el "Kónigsteinerklaerung", y esto ha debilitado el sentido de la vida en el pueblo de Dios. Esto ha desanimado a decir Sí a la vida.

Entonces cuando ha venido la ola del aborto, la Iglesia estaba debilitada, porque no aprendió este
ánimo de resistencia que hemos visto en Cracovia. El Papa Juan Pablo II nos ha enseñado durante todo el pontificado este coraje de decir Sí a Dios, a Jesús, también al precio de ser despreciado. Pero nosotros estábamos tras las puertas cerradas por el miedo, y pienso que, aunque no éramos Obispos en la época, tenemos que arrepentimos de este pecado del episcopado europeo que no ha tenido el ánimo de sustentar con fuerza a Pablo VI. Porque hoy llevamos todos, en nuestras iglesias, en nuestras diócesis, el peso de las consecuencias de este pecado.


[...]
"Hermanos, sé que actuasteis por ignorancia", les dice Pedro a los judíos, a sus hermanos. Habéis
actuado por ignorancia. Si hubiéramos sabido las consecuencias de este No a la vida, nunca
habríamos dicho un No a la "HUMANE VITAE." Habríamos tenido el ánimo de decirles a nuestros fieles: tened confianza, creed en la vida. Pero no hemos tenido el ánimo.


¿Qué consuelo tenemos para Europa?

Yo os digo mi experiencia de Obispo, pobre pecador.
Yo veo las familias del Camino, de las Comunidades, personas que por una catequesis, por una
conversión, han tenido el ánimo de decir Sí a la vida. Y hoy gracias a un carisma que dos locos han recibido del Dios, y que han acogido tal como son, con sus dones y su debilidad, pero han acogido este carisma, y han tenido el ánimo de soportar los sufrimientos de tal carisma. ¡Cuánto sufrimiento!
Y hoy tenemos en la Iglesia el privilegio, el regalo, de tener comunidades con familias, las
verdaderas familias, grandes familias, como muchos de vosotros, muchos de nosotros hemos
conocido en nuestra juventud en nuestra misma familia: seis, diez, doce hijos... era normal.
Hoy estamos en el desierto europeo, y aquí vemos comunidades con las familias.


[...]
Estoy convencido que Dios nos ha dado en la Iglesia este carisma, no es el único, hay muchos otros.
Pero es uno que nos enseña que sin la familia, sin el Sí a la vida no hay futuro para Iglesia.
Y por esto yo querría agradecer a nuestras familias del Camino su testimonio. Este valor de dejarse enviar por todas partes. Una familia de Viena, tiene nueve hijos, han ido en misión a Estambul, en Turquía. Estas familias nos dan el signo de lo que es la resurrección.


[...]
Entonces por esto querría, en este san lugar, pedir que el Señor entre, aunque a puerta cerrada, y nos dé coraje, aunque en los últimos cuarenta años nos haya faltado el valor de decir Sí a la vida. Lo hemos dicho, pero decirlo con esta fuerza. Y que nos perdone la falta de ánimo y nos dé la fuerza que les ha dado a los apóstoles cuando los ha enviado desde este lugar.[...]"

1 comentario:

CRIS dijo...

¡¡Pero bueno!! Otra vez de viaje...¿Y nos os compensaba viajar desde Madrid?, ¿Váis todos?

Ya nos contaréis qué tal la experiencia...

Besos