martes, 6 de enero de 2009

6 de enero, San Fresquín

¡Feliz año! ¡Felices Reyes! ¡¡Y feliz Internet!!
Hoy día 6 hemos vuelto de la soleada España para encontrarnos con una Alemania gélida. No fría, no. Gélida. He llegado a ver en el termómetro del coche hasta 11 bajo cero. Y todo nevado. Los paisajes son auténticas postales navideñas. Ayer, mientras estábamos esperando para ver la cabalgata decíamos: ¡caramba, qué frío hace! ¡se nos congelan los pies! Ja!, si eso era como estar en pleno verano comparado con lo que tenemos aquí. Y encima con la casa congelada, esto ha sido como meterte en la nevera. Lo típico: según entras te quitas el abrigo, te cambias, te pones cómodo. Hasta que te das cuenta de que también dentro de la casa te sale vapor por la nariz. Y empiezas a ponerte bata, forro y todo lo que pillas...

El coche lo habíamos dejado en el aeropuerto. Y es que es un aeropuerto que está lo suficientemente lejos como para que no venga nadie a buscarte. Y más un 6 de enero. Así que ahí abandonamos al pobre. Y hoy hasta que lo vi por delante parecía estar intacto. Pero no era así. El cristal de delante tenía una capa de unos 10 cm de nieve y hielo. Así que me ha tocado hacer el rasca-y-gana. He conseguido arrancarlo relativamente fácil, pero me temo que el hielo debía haber dejado un poco tocadas las marchas, los frenos y alguna otra cosa sin importancia. Pero bueno, como teníamos que llegar para ver los regalos que nos habían dejado los Reyes por aquí, todas las dificultades han sido pocas frente a nuestras ganas de verlos.
Y los niños, como siempre, han quedado sorprendidos y encantados por los juguetes. Si es que los Reyes son unos artistas. Siempre dan en el blanco. Siempre repartiendo ilusión.

En nuestra ausencia han pasado cosas de lo más divertidas por este barrio. Me lo contaba hace un rato Franklin, el sacerdote de la misión, al que habíamos dejado en nuestra casa porque le venían un par de compañeros (seminaristas) para alegrarle las Navidades.
Por un lado me decía que la Nochebuena la pasaron al calor de un par de radiadores que les dejó la abuela de mi vecino. Y es que, al parecer, nuestra instalación de calefacción hace aguas: la condensación en el circuito hace que gotee agua y ésta debió afectar alguna conexión eléctrica. Resultado: había que elegir entre tener luz o tener calefacción. Así que debieron pasar una noche como la de los belenes de corcho blanco: con escarcha en los bigotes.
Pero la mejor anécdota fue la que le ocurrió a la familia en misión que en breve compartirán periplo con nosotros. Venía Javier con cinco más para traer en coches lo más posible desde Murcia. El primer día no pudieron entrar en su casa (aún no sé por qué). Así que Franklin les albergó en la nuestra para pasar la noche. Nueve tiarrones en una casa de tres habitaciones. No quiero ni imaginármelo. Sobre todo porque camas no hay tantas...
Pero no es esa la anécdota. La cosa es que al día siguiente fueron a casa de Luciano y Mamen (la otra familia de Murcia). Les habían dejado las llaves de su casa para que sacaran de allí algunos electrodomésticos que les habíamos procurado tiempo atrás. Pues bien, parece ser que en mitad del trasvase de enseres, aparecieron por allí hasta los GEOs, alertados por los vecinos al ver a seis indeseables entrar en propiedad ajena y agenciarse unos cuantos cachivaches. Me parto sólo de pensar en la cara que pondrían los seis murcianitos al ver aparecer a la policía (que no son precisamente achaparraditos) e intentar convencerles en murciano-pichinglis (que es un dialecto parecido al gibraltareño) de que eran gente de bien, misioneros para más señas. "Sí, sí -pensarían los policías-, y ahora me vendrán con que son hermanas de la caridad vestidas de paisano"... Bien, al final tuvo que ir Jörg (el padre de la familia alemana en misión) para desfacer el entuerto. A este hombre, que ya está bastante tocado y delicado de salud, le vamos a matar a disgustos...

Otro día más. Quiero compartir mis sensaciones de estos días en nuestras tierras. Y ahora que por fin tengo Internet a mano tengo que aprovechar.
Que Dios os bendiga. Se nota que estáis rezando, porque venimos con muchas fuerzas. Así que, ¡¡que no decaiga!!

3 comentarios:

CRIS dijo...

jajaja...Me imagino que no esperariais otra cosa, claro...la Misión es la Misión, ¿no?

Y lo bien que os lo pasais...

Bueno, que me alegro de vuestro feliz retorno y ¡¡Feliz Año!!

Besos y la paz

P.D.: Ya me he acabado el libro que recomendaste...me ha gustado y la verdad es que he aprendido mucho de los evangélicos...

José Ignacio dijo...

Jope, y eso que esto es Alemania. No quiero ni imaginarme cómo deben estar los que van a Siberia, Dinamarca, etc.
Pero es tan bonito verlo todo nevado...

Si has aprendido de los protestantes en ese libro, espera a leer los otros que tiene. Ahí es donde yo he aprendido mucho de nuestra propia religión, de los sacramentos, de los dogmas de fe.

La paz. Besos.

ANTONIO Y FUENCISl dijo...

!DEFENDEMOS TAN SAGRADA

HERENCIA


A pensar de tantas heridas.DIOS amama a nuestra famila y nos ayuda a superar las penas , a sanar las heridas y abrir caminos de esperanza
Nunca como hoy la sociedad familia se está enfertando a cris tan agudas y tan graves, teniendo que resistir una lucha sin cuartel que procede de tododos los frentes

QUE LA GRACIA DEL SEÑOR JESÚS CRISTO sea con vosotros.Familia en Misión en Quito Antonio y Fuencis Un libro muy bueno es "SAN PABLO" HERALDO DE CRISTO. De JOSE HLZNER