miércoles, 29 de octubre de 2008

Juventud, divino tesoro

Aprovechando un rato de tanquilidad voy a escribir unas pocas líneas. Tenemos a los pequeñajos convertidos en surtidores de mocos y pasan unas noches un tanto moviditas. ¡Ayer llegamos a dormir cinco en nuestra cama! Menos mal que la cama es grande y ellos aún ocupan poquito, pero os podéis imaginar que no dormimos demasiado.


Quería contar brevemente cómo veo la acción de Dios en la misión a través de nuestros hijos.

Ya comentaba en su día que, para nosotros, es un testimonio verles cómo asisten cada día a clase y están allí hora tras hora sin enterarse apenas de nada. Es cierto que cada vez van cogiendo más (sobre todo los pequeños). Pero no deja de ser sorprendente cómo aguantan un chaparrón de horas de no enterarse ni del nodo. Fijaos, el otro día Esther y yo estuvimos en una reunión con el sacerdote de la parroquia de nuestro barrio y los padres de los otros niños que van a hacer la primera comunión este próximo año --por cierto, ya aprovecho para decir que José hará la comunión el próximo 19 de abril, justo después de la Semana Santa, creo. Estáis todos invitados, así que ya podéis ir mirando billetes --. Pues a lo que iba, que fue una hora de esas que parece que no hubieran existido, porque se te pasan en blanco. No pillamos casi nada a pesar de estar con los cinco sentidos, de que intuyes de qué debe estar hablando y de que sólo era una hora. Así que estar así hora tras hora, día tras día, debe ser un auténtico suplicio.


Otro apunte acerca de las dificultades de los niños. La soledad. Al no poder hablar con nadie están casi siempre solos. A excepción de Miriam, que desde que le pedimos a laVirgen una amiguita, tiene a su amiga Celina pegada a ella como una lapa. Estamos por pedir otra que no sea tan amiga... Ella está muy contenta porque tiene a alguien con quien jugar. Pero incluso ahí también vienen los problemas, porque hay otras niñas en la clase que están intentando todo el día separarlas (físicamente, digo, porque suelen ir agarraditas de la mano). ¡Tanto es así que el otro día casi tiran a nuestra Miriam por las escaleras! Le hemos dicho que tiene que rezar por esas niñas para que sean buenas, y lo está haciendo cada noche. Con la fe que tiene nuestra pequeña, seguro que en breve veremos a estas niñas con deseos de entrar a un convento, jeje.


Luego está José. El pobre últimamente no tiene a nadie con quien jugar en los recreos. Pero además, debe haber niños del cole que le molestan. Así que se esconde en un rincón en los recreos y juega solo. Desolador, ¿verdad?


Isaac y Juan son enormemente afortunados porque se tienen el uno el otro. Ha venido un muchacho mejicano a la clase de Juan y los tres pasan los recreos juntos, pero solos. El otro día Juan no tenía clase las primeras dos horas, pero se fue antes para poder estar con su hermano en la primera pausa, para que no estuviera solo.

El otro día tuvimos una reunión en el insituto con el director y la tutora de Isaac. Pedían que llevara traductor... Así que me llevé a Luciano y a Jörg, que gracias a Dios siempre están dispuestos a echar un cable. Yo ni intervine, porque no me enteraba de nada y porque ellos se bastaban y sobraban para explicar nuestra situación, por qué estamos aquí, etc. Tanto es así que aprovecharon la coyuntura para hacerles un anuncio de la buena noticia, del amor de Dios, de la muerte y resurreción de Jesucristo... (el kerygma). Por lo que luego me resumió Luciano, la profesora estaba preocupada porque los padres de los demás alumnos se habían quejado porque Isaac, al no saber el idioma y no poder hacer casi nada, bajaba el nivel de la clase (???). Y la tutora decía que tampoco se lo explicaba, porque Isaac por no hacer no hace ni ruido en clase. Es decir, que no molesta.


A primera vista parece que los niños estén atravesando por una pesadilla, por un infierno innecesario que se podrían ahorrar si estuvieran en su tierra, entre los suyos, sin problemas de idiomas, con sus amigos... Pero no es así. Ellos están bien. Muy contentos, de hecho. Lo hablábamos el domingo en los laudes y también ayer, en una eucaristía que tuvimos en casa con Franklin, el sacerdote que cuida de las familias en misión. Vamos viendo y repasando los problemas de cada uno, la situación en la que se encuentran, pero sobre todo cómo se encuentran ellos y si quieren seguir o no.

Por eso digo que vemos patente la acción de Dios en ellos. Porque a pesar de todo el Señor les está concediendo una paz y una alegría que sólo puede venir de Él. Nos decía el otro día el catequista de Alemania, Toni, que los hijos no sufren por la misión, porque el Señor derrama su Gracia para ayudarles en sus dificultades y hacerles madurar de una forma que en ningún otro sitio podrían. Si sufren es por los pecados de sus padres, porque sus padres pierdan la fe en que Dios tiene poder, porque dejen de ver la obra de Dios, porque quieran hacer su propia voluntad, realizarse, etc. Así lo estamos viendo: nosotros estamos contentos y nuestros hijos también, a pesar de las dificultades, de las humillaciones, de los sufrimientos, de la soledad, de las incomprensiones... Porque tenemos lo esencial: al Señor de nuestra parte.


Pero, por supuesto, eso no quita que los que estáis al otro lado del blog no echéis una oración de vez en cuando por nosotros. Estoy convencido, es lo que nos mantiene fuertes. Sin vuestra oración la misión no existiría. Como en la guerra, detrás de la primera línea, de los que estamos en el frente, hace falta un ejército fuerte que apoye a los otros.

2 comentarios:

jesús dijo...

Hola hermanitos.

Pues nada, rezamos con fuerza cada día, supongo que todos los que seguimos el blog a diario asi lo hacemos.
Sin vosotros nuestra misión también es vana, rezad por nosotros que estamos dando las catequesis en la parroquia y vienen ¡cuatro!. Creo que es necesaria la fe, la visión del amor de Dios para no caer en el desánimo, porque la mies es abundante pero no se arrima...y los obreors somos pocos y débiles. Por eso, ánimo y rezad insistentemente porque la batalla está ganada.

Besitos y La Paz.

PILAR dijo...

Hola hermanos,
Soy Pilar la nuera de Alfonso y Alicia. Es una alegría para mi poder saber de vosotros a traves de vuestra comunidad, pero sobre todo leer este blog y saber de primera mano como el Señor está actuando en vuestras vidas y la de vuestros hijos, porque hoy en el dia de los Santos me testifica de nuevo a lo que estoy llamada yo y todos nosotros, a aceptar su voluntad y decir que sí, a ser santos, con nuestros sufrimientos, con nuestras debilidades y con nuestros pecados.
Seguiremos rezando por vosotros.
Un beso enorme.

Pilar