jueves, 19 de junio de 2008

Me voy de Ericsson


Después de 12 años trabajando en Ericsson, a finales de este mes cuelgo las botas de los mástiles del edificio Milenium para dedicarme a otros menesteres. Ha sido mucho tiempo (demasiado, dicen algunos). En estos años han pasado muchas personas por mi lado. Algunas sólo como sombras, otras como ciclones. Pero cada una ha dejado su impronta en mi recuerdo. Aunque ha habido a lo largo de este tiempo situaciones de todo tipo, desde grandes alegrías y celebraciones a decepciones, angustias y lágrimas, me marcho con un sabor gratamente dulce por todo lo que he recibido, por tantas personas que me han ayudado a madurar, a crecer (no en estatura...), a ser más persona, a salir cada día de mis cosas para compartir esos ratos de café, de comida, de rumores, de cotilleos de pasillo. Todo un lujo y un honor haber conocido a tantos grandes profesionales.

¿Qué destacaría de todos estos años? Sin duda el compañerismo. He tenido la gran suerte de trabajar en unidades pequeñas, muy familiares. Y a pesar de que la empresa se ha ido deshumanizando con el tiempo, buscando siempre ser los primeros, los mejores, ganar más año tras año... (capitalismo salvaje, lo llamo yo, donde el hombre es un lobo para el hombre), pues como decía, a pesar de eso, he podido compartir mi labor diaria con hombres y mujeres de una impresionante valía humana.
No quiero dejar pasar la oportunidad de recordar en estas líneas a una persona admirable, de gran talla física y humana: nuestro querido Damián. Seguro que Dios se lo llevó consigo para que le pusiera en marcha algún servidor o para que le ayudara a quitarse de en medio el Vista y cambiarlo por un Linux decente ;-) Un gran corazón que seguro que nos está sonriendo desde el Cielo. No te olvidamos. Intercede tú por nosotros, por favor.

No quiero poner más nombres propios, porque estoy seguro de que me dejaría a muchos en el tintero. Sólo quiero desearos desde aquí lo mejor.
Aquí hay algunos extractos del correo que les envié comunicando nuestra decisión:

Aunque algunos ya lo sabeis, quería compartir con todos lo que para mí es una gran noticia.
Y la noticia es que abandono Ericsson después de más de 10 años dándolo todo por la patria.Pero aún hay una noticia más sonora: nos vamos (de España) siguiendo nuestra vocación:


nos marchamos de MISIONEROS a Alemania


Sí, sí, habeis oído bien. Ahora ya podéis cerrar la boca, antes de que caigan las babillas sobre el teclado.Es el fruto de largos meses meditando sobre el tema, sobre la llamada que sentíamos en nuestra vida, sobreel impacto en nuestros hijos, sobre el trabajo, el dinero, la familia... Podría argüir un montón de razonamientos que sonaran plausibles e incluso razonables para argumentar semejante decisión. Pero comotodo lo que se refiere a temas de fe, la razón última es muy simple y va un poco más allá de lo puramente razonable:si hay algo que nosotros hemos experimentado es el inmenso amor que Dios nos tiene; el dejarlo todo para dedicarnuestra vida a la evangelización es sólo una muestra de nuestro agradecimiento. Ponemos a su disposición lo que tenemos:nuestra vida, nuestro tiempo, nuestra familia. Deseamos compartir esa experiencia que da sentido a la vida, que la llena.


Vamos a una ciudad llamada Ludwigshafen am Rhein. Es una ciudad industrial (muy fea por lo que parece) al oeste de Alemania donde está la sedede la BASF. Allí la iglesia está al borde del KO. Las parroquias se cierran por falta de feligreses y de curas. Y la sociedad (y su base, la familia)está cada vez peor: cada 30 segs se destruye un matrimonio, miles de abortos, gente alcoholizada, suicidios... Pues a eso vamos nosotros, a dar un testimonio desde lo poco que somos (y sin saber una palabra de alemán) a favor de la familia, de los hijos, de la fe.

A los que no vea el martes y no coincidamos durante los días que vaya a Milenium, os deseo lo mejor. Pero ya que estamos yque habeis llegado hasta aquí leyendo, aparte de daros las gracias por todo este tiempo que me habeis aguantado y me habeisayudado a crecer como persona y como profesional, sólo deciros una cosa más: igual que hacemos aquí priorizando nuestrotrabajo, no os olvideis nunca de priorizar las cosas que son realmente importantes en la vida. Por encima del trabajo está la familia.Por encima del dinero están los hijos. Por encima de la hipoteca y el estrés están los que nos rodean y nos necesitan.Y muy por encima de todo está Dios. Eso es lo que creo, es mi experiencia: la vida se vive más feliz cuanto menos se tiene y cuanto más se da uno.Porque teniendo a Dios se tiene todo, lo demás sobra. Y todo lo que necesitas Él te lo da.
Un abrazo a todos y que Dios os bendiga. No os olvideis de rezar por mí, por mi familia y por la misión en Alemania.


Gracias por seguir ahí.

No hay comentarios: