miércoles, 10 de septiembre de 2008

Solos en casa

Cada día está más caro encontrar un hueco para escribir. Pero no quiero dejar pasar otro día sin contar alguna historieta.

Antes de nada, daros las gracias a todos los que estáis siguiendo con tanto ánimo el blog. Sois el aliento que me hace falta para sentarme aquí a estas horas tan poco sanas. Os agradezco también vuestros comentarios y correos. Y sobre todo, vuestras oraciones. No dejeis de acordaros de nosotros y de pedirle al Señor que nos conceda los dones de su Espíritu y la fe. Es lo que más necesitamos, porque somos muy débiles.

Ayer tuve la oportunidad de confesarme. Franklin, el sacerdote de la misión, vino a celebrar la eucaristía a nuestra casa. Él y nosotros, solos. Fue una maravilla, una gracia inmensa (especialmente cuando llevas tanto tiempo sin enterarte de la misa la mitad... es un "chiste espinosa", no hace falta reirse). Bien, pues antes de la eucaristía le pedí que me confesara. Porque estar de misión no significa tener el título de buena persona. De ninguna manera. Los pecados son los mismos. Y en muchos casos acentuados por el roce más intenso con Esther y con los niños. El juicio sigue ahí, al igual que el orgullo, el egoísmo, la ira, etc etc... ¿Qué os voy a contar?

Pero si hay algo a lo que te ayuda la misión es a ser un poquito más humilde. El Señor nos ha traído a esta tierra de habla rara para eso: para hacernos pequeños. Para que podamos decir, como la Virgen María "proclama mi alma la grandeza del Señor... Él hace proezas con su brazo".

Con el idioma sigo absolutamente inútil. Balbuceo como un bebé para decir cualquier cosa. Pero eso está a punto de cambiar... (redoble de tambor)... porque HOY he empezado el curso de alemán!!! Por fin!!!! Vamos Juan y yo. Los compañeros del cole son de lo más variopinto: irakíes, tailandeses, coreanos, rumanos, brasileños, kosovares(?). Los hay que están aún más perdidos que yo.

Por cierto, como pone el título, volvemos a ser sólo ocho en la misión... Ayer llevé al aeropuerto a Salva y Africa, nuestros últimos visitantes de la temporada. Gracias a todos los que habeis pasado por aquí, por compartir vuestro tiempo y sobre todo el choricito, jamoncito... ;-D

Una anécdota antes de cerrar el chiringuito. El otro día, cuando fuimos a Speyer a presentarnos al obispo con nuestros catequistas de aquí, de camino a la catedral vimos a un pobre pidiendo. Como suele ocurrir en estos casos, yo me hice el loco (para que veais lo que sale de mí). Pero después de pasar por su lado, mi conciencia me pegó un mordisco. Así que le di a José algo de dinero para que se lo diera al pobre. Pues bien, como nos tocó esperar casi una hora a que nos dijeran que podíamos subir, durante ese tiempo José se percató de que el susodicho pobre se levantaba, cogía una bicicleta y se iba. Se quedó indignadísimo. O sea, que le hemos dado dinero y resulta que no es pobre, que hasta tiene bici, ¡¡y yo no!!

Intentamos decirle que aunque tuviera bici no quería decir que no necesitara dinero. Y que si pedía y no lo necesitaba, era su problema, no el nuestro, qu él había hecho bien en darle el dinero. No sé si le convencimos. Creo que a partir de ahora va a mirar receloso a todos los pobres que vea por la calle, a ver dónde tienen escondida la bici...


Os pongo una foto que nos sacamos después de ver al obispo. Aparece el equipo responsable del camino de esta zona de Alemania: Gigi, su mujer María, el presbítero Johannes y el seminarista Mario. A la derecha aparece el secretario del obispo (el que nos invitó a helado; y que por cierto, hoy estaba en nuestra parroquia). Y como se puede comprobar, Mateo aún no ha aprendido a sonreir en las fotos. Creo que tengo explicarle más claro lo de "¡mira al pajarito!" jejeje.


2 comentarios:

Los de Gabón dijo...

Desde que terminó la telenovela "Cristal", no estaba tan enganchado a nada como a vuestro blog. Animo Jose Ignacio sois un testimonio vivo de la actuación de Dios. Para nosotros es de una gran ayuda. Seguir con ese humor. Un beso para todos.

Mª Ángeles Martín Barba dijo...

Jose Ignacio:
Hace 3 días que me he enganchado a vuestro blog y ya formais parte de los"desayunos de trabajo"en la empresa.(ya te explicaré algún día lo que hacemos en esos momentos)
Que Dios os bendiga por el testimono que estáis dando y que os conceda seguir mamnteniendo ese sentido del humor.
Irene me dice que le des un beso muy fuerte a Miriam. le ha hecho mucha ilusión ver sus fotos.
Un abrazo para todos.
Michel