lunes, 3 de noviembre de 2008

Monday monday

Es lunes por la mañana. Después de la tempestad viene la calma. Ha sido una noche de dormir poco. Por un lado Mateo, que le debe doler la boca (el pobre tiene sólo dos dientes y me da que le van a salir los demás de golpe); y por otro Esthercita, que sigue con la costumbre de despertarse y venirse a nuestra habitación a no sé qué. Al final me la he bajado al salón para que dejara dormir a los demás. Ahora los que quedan en la casa están fritos. Así que aprovecho para ponerme al teclado, que luego ya no tendré tanta fortuna.

Esta semana no tengo cole (como dice Miriam, mi cole de palabritas). Hemos terminado el primer nivel y, como no hay gente suficiente para empezar el segundo --eso dicen--, nos hacen esperar hasta el día 12 a ver si se apunta alguien más. Yo creo que es una excusa, porque somos 10 alumnos, gente más que de sobra para seguir el curso. La cuestión es que cuantos más seamos más se embolsan. Pero ellos no mueven un dedo por buscar gente. De hecho nos cargan el mochuelo a nosotros: tenéis que buscar a alguien que quiera apuntarse, si no no podremos pasar al siguiente nivel... Pero qué morro!! En fin, yo no dejo de estudiar, repasar y practicar. Porque este idioma no te entra por la oreja ni aunque las tengas de soplillo.
Después de lo que nos han estado machacando últimamente con que los niños tienen que aprender más rápido, que tienen que integrarse, etc etc, se me ha ocurrido que vamos a intentar nosotros solos, en casa --dado que no encontramos ayuda de fuera--, enseñarnos unos a otros, compartir lo que cada uno va aprendiendo. Cada día uno será el profesor. Algo rápido, porque tampoco contamos con mucho tiempo para estar los cuatro parados. El sábado empecé yo. Hoy se ha ofrecido Isaac. Y tema libre. Un día puede ser gramática, otro aprender vocabulario, otro practicar lectura, otro dictado...

Ayer volvieron mis suegros a España, después de algo más de un año de misión en Tanzania. Creo que besaron el suelo como solía hacer nuestro queridísimo Juan Pablo II... Y según me han contado echaron alguna que otra lagrimilla por el recibimiento que tuvieron. Ahora tienen que discernir si siguen allí de misión o si piden cambiar de destino. Y es que Tanzania es muy duro para ir con niños. Y también hay mucha corrupción, en todos los ámbitos. Este tiempo, a pesar de las dificultades y los sufrimientos pasados, ha sido una experiencia que estoy seguro que no se habrían perdido por nada del mundo. Y no porque sean masoquistas. Sino porque en la misión tienes un encuentro personal muy especial con el Señor, que te mantiene, que te ayuda, que te cuida. ¡Ojo! No quiero decir que en cualquier otro lado no pueda uno ver la acción de Dios. Pero es cierto que cuando te encuentras desasido de todo lo que te da seguridad en esta vida (dinero, trabajo, familia, amigos, comunidad...) sólo puedes agarrarte a la roca. La oración es lo que te mantiene día y noche. La tuya y la de los que te tienen presente.

Una vez más quiero daros las gracias a todos los que seguís el blog. Para mí es una alegría poder compartir este tiempo con vosotros. Y recibir vuestros comentarios y correos nos ayuda un montón. ¡Ánimo para este comienzo de semana y que Dios os bendiga!

1 comentario:

SOLITARIO dijo...

ENHORABUENA

Soy una persona que os aprecia y que me alegro enormemente de vuestro Sí al Señor. Siempre he tratado de enseñar a mis hijos que la felicidad y la paz no viene de fuera sino de nosotros mismos y a través de Dios. Vosotros sois un claro ejemplo.
Quizá algún día tenga la oportunidad de dar el mismo SI que vosotros. Por ahora lo tengo muy complicado (imposible diría yo). Ahora lo que puedo experimentar que la paz no me viene de mis éxitos, ni de mi mujer, ni de mis hijos, ... Actualmente la paz sólo puede venir de Dios.

Un fuerte abrazo y enhorabuena.

El LLanero Solitario