martes, 21 de julio de 2009
Epílogo
Ahora que dejamos atrás todo un año de experiencias, que se entremezclan los recuerdos con lo que nos espera, quería reunir en esta última entrada del blog algunas reflexiones sobre lo que ha representado la misión para mi familia.
Ante todo debo darle gracias a Dios por este tiempo. Ha sido sin duda un tiempo duro, muy difícil. Muchos pensarán que ir de misión por Europa no tiene sentido ni mérito. Pero no es verdad. Europa necesita testigos. Personas que hayan descubierto el amor de Dios en sus vidas y no tengan miedo de decirlo. Y que no teman perder un poquito de sus vidas para darla por otros. Hay quien piensa que el que lo deja todo para anunciar a Cristo o es un héroe o un tarado. Quizá tengan razón... en ambas cosas. Pero, como bien decimos los locos, yo no estoy loco... ni tampoco soy Superman. Hoy leía en un correo unas palabras que se atribuyen a Einstein y vienen muy bien al caso: "Dios nos hizo perfectos y no escoge a los capacitados, sino que capacita a los escogidos". Lo único que se necesita es un poco de fe para confiar en quien llama, para creer que quien escoge tiene poder para sostenerte, para ayudarte, para darte lo que necesites.
Nosotros somos testigos de que así es: durante este año no sólo nos ha dado lo que necesitábamos para vivir, sino que nos ha mantenido fuertes incluso en los momentos de prueba más fuerte.
Si hay algo que me llevo de este tiempo es ver cómo el Señor me ha ayudado a ser humilde. Os aseguro que para alguien tan soberbio como yo no es plato de gusto estar siempre con la cara de Forrest Gump. Desde que llegué siempre he dicho que aquí el misionero es ciego, mudo, sordo y un poco tonto. Porque no sabes hablar, ni entender ni moverte sin ayuda. En la misión realmente eres tú y el Señor. Él es el único que está siempre ahí, el único con el que puedes hablar, te entiende, te ayuda y te guía.
El Señor nos ha regalado muchas ocasiones para conocer lo que hay en nuestros corazones, para ver nuestra debilidad.
Pero sobre todo nos ha concedido crecer como familia. Ninguno sabemos qué nos deparará el futuro. Pero de lo que estoy convencido es de que este año quedará sellado en nuestro corazón. Nunca olvidaremos lo que hemos vivido aquí. Ahora sabemos que se puede vivir de una forma diferente a como dice la razón, que los milagros existen... que Dios existe.
Hemos visto cosas portentosas, como las lágrimas de Miriam suspirando por la intercesión de la Virgen para que el Señor le concediera una amiguita. También hemos experimentado cómo el Señor nos ayudaba en nuestro sufrimiento por la injusticia y cómo nos concedía paz en medio de la persecución.
Mañana tomamos el avión de vuelta. Y nos llevamos con nosotros miles de recuerdos. Pero dejamos cachitos de corazón con tantas y tan buenas personas que hemos conocido. Algunas en la Iglesia, otras no. Algunas católicas, otras no. Curiosamente, las que más nos han ayudado en este último tiempo no tenían nada que ver con la misión. Y es que Dios siempre sorprende. Es capaz de hacer una historia insólita, de mover los corazones de los que nos rodean, de hacer posible lo imposible...
Nos vamos apenados por dejar atrás tanto, porque vivir en misión es vivir en gracia. Pero sabemos que la misión continúa. De momento, en Alcorcón. Quizá algún día en otro sitio. Quizá algún día empiece un nuevo blog, un nuevo "mission: xxxx".
Hoy toca decir hasta siempre. O mejor dicho, hasta pronto, porque muchos nos veremos en los próximos días.
Pero a todos los que habéis estado ahí desde todos los rincones del mundo (aún estoy sorprendido por la difusión que ha tenido el blog; y si no, echad un vistazo al contador que añadí a la página: http://webstats.motigo.com/s?tab=1&link=1&id=4569606&last=more), pues eso, que a todos vosotros, muchas gracias por haber estado siempre ahí. Espero que este blog os haya ayudado un poquito. Que nuestras experiencias os hayan servido para ver el infinito amor de Dios, cómo ha actuado en la historia de una familia concreta. Gracias por vuestras oraciones y vuestro apoyo. Y aunque la mission:Germany se acaba, empieza la mission:Alcorcón, que también necesita de vuestras oraciones.
Un abrazo.
FIN
lunes, 6 de julio de 2009
El principio del fin
Y nuestra misión aquí toca también a su fin. Sí, como suena. Día tras día los acontecimientos nos lo han ido confirmando. Y no hemos visto signos de que pudiera ser de otra forma. No es que el Señor no haya podido cambiar el devenir de los acontecimientos. Él puede, en un instante, hacer posible lo imposible. Nosotros lo hemos visto, somos testigos. Pero en este caso creo que es el Señor mismo el que nos lleva de vuelta. Nuestra "próxima misión" será en casa. Y es que la misión no es un lugar, sino una vocación. Como decía San Pablo, "no viviendo ya más para sí".
Sólo Dios sabe por qué nos sacó con tanta premura de España y por qué nos devuelve ahora. Pero lo que tenemos claro es que nos ha regalado un año sin igual a la familia. Cuando se habla de familia en misión es porque la misión en primer lugar ayuda a la propia familia. Ha sido sin duda un año de gracia que no nos ha dejado indiferente a ninguno. No creo que lo olvidemos fácilmente, puesto que ha dejado una huella profunda. Hemos aprendido a vivir sostenidos por el Señor. Por el Señor y por las oraciones de tantos que habéis estado al otro lado del hilo. Os agradezco de todo corazón que hayáis estado ahí, alentándonos en todo momento.
Ahora se abre un tiempo duro y difícil. Debemos retomar nuestra vida donde la dejamos hace un año. Pero estoy convencido de que el Señor nos va a ayudar. Dificultades no nos faltarán. ¿Pero qué sería la vida de un cristiano sin dificultades y sin aventuras? No tendríamos forma de agarrarnos fuerte a la cruz, a la oración, a Cristo.
¡Así que allá vamos, España! Nos vemos pronto.
Por cierto, no quiero dejar pasar la oportunidad de saludar a una de las grandes fans de este blog, a Mari Carmen, a la que el Señor dio una misión mucho más difícil que la nuestra: cuidar y sacar adelante sola a sus siete hijos. Su testimonio nos ha mantenido fuertes en la misión.
Desde aquí, un beso muy fuerte. Nos vemos pronto para tomar esa cerveza FRÍA que nos prometiste...
domingo, 28 de junio de 2009
Mi alimento es hacer Su voluntad
martes, 16 de junio de 2009
Año de gracia
Le comentaba ahora a mi hermano que estamos atravesando una situación un poco complicada. Y que cuando estoy en medio de esas pequeñas "crisis", como que no tengo mucho ánimo para ponerme delante del ordenador.
Lo malo de estas pequeñas "crisis" es que siempre empiezan como un terremoto, que te dejan devastado. A mí al menos me ocurre. Gracias a Dios, me ha enseñado a tener un poco de paciencia, a enfriar la cabeza y no echar a correr demasiado pronto.
Lo importante, lo fundamental es no dejarse abatir y buscar la palabra de Dios detrás de cada acontecimiento. Si miras sólo en el plano horizontal, lo que hacen y dicen los hombres, lo mal o lo bien que se portan contigo, lo justos o injustos que son... al final terminas atrapado en una espiral de juicios y odio que no conducen a nada. Sólo a destruirte.
Si hay algo que me ha ayudado este tiempo de misión es a ver que Dios está detrás de todos los acontecimientos, permitiéndolos o haciéndolos posibles. Que todo lo que ocurre en nuestra vida tiene un sentido. Que todo es para nuestra salvación. Ni más ni menos. Se puede decir más alto, pero más claro...
Muchas veces esos acontecimientos no nos gustan. Pero, ¿a qué niño le gusta que le curen una herida? ¿Quién es el guapo que le encuentra sentido a la pérdida de un ser querido? ¿Quién entiende que un cáncer es para su salvación (y para los que le rodean)? Si vemos a Dios en esos acontecimientos, lo más fácil es que sencillamente le echemos la culpa.
Me diréis que qué fácil es hablar cuando no se ha pasado por una situación de esas que te rompen el alma, que te hacen dudar de todo. Es cierto. Como decía alguien un poco más listo que yo, "sólo sé que no sé nada". Pero a pesar de eso tengo la seguridad de que Dios ha hecho maravillas incluso a través de acontecimientos que no me han gustado, que me han hecho sufrir, que no entendía, que me superaban. Pero en el transcurso del tiempo he visto, como dice el Géneis, que "todo era muy bueno". Y que todas esas situaciones me han conducido a lo que hoy soy y a donde hoy estoy.

Por cierto, hoy estoy de aniversario. Y es que hace poco más de un año que empecé este blog. Así que para celebrarlo voy a poner un extracto de mi primera publicación. Decía por entonces algo como esto:
"He recibido tanto, tantísimo del Señor que sólo me sale agradecimiento hacia Él. Como dice el salmista "¿cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de la bendición". Eso es lo que quiero, alabarle, bendecirle, darle gracias siempre y en todo lugar. Pero, ¿como hacerlo si mi vida y mi corazón están ocupados por muchos diosecillos (el dinero, el trabajo) que me tienen esclavizado? ¿Qué podría ofrecerle al Señor, si todo me lo ha dado Él? Dice "no quiero sacrificios ni oblaciones... un corazón quebrantado y humillado yo no lo desprecio". Pues bien, eso es lo que puedo ofrecerle hoy: mi corazón, mi vida, mi familia. Es lo único que tengo. Lo más valioso. Él me lo ha dado, a Él se lo ofrezco."
El resumen de este año es que ha sido un año de gracia, un año de salvación.
Otro día más. Quiero contaros cómo evoluciona mi búsqueda de trabajo en estas tierras. Y más anécdotas, que por aquí siempre hay unas pocas.
Rezad por nosotros, por favor. Lo necesitamos.
lunes, 1 de junio de 2009
Los frutos del Espíritu
Pero no quiero entrar en debates políticos que no llevan a nada. La verdad es Cristo y Cristo resucitado. Lo demás son pamplinas, engañifas que desorientan al hombre y le alejan de lo que realmente importa.

Y lo importante de estos días no son las próximas elecciones. Lo fundamental es lo que hemos celebrado y vivido durante este tiempo pascual y que coronamos ayer con la fiesta de Pentecostés. Para mí personalmente ha sido un tiempo de gracia. El Señor nos ha regalado un tiempo de alegría y de paz, de descansar, de volver a confiar en Él.
Se leía en el evangelio del domingo "paz a vosotros". Pues eso es lo que el Señor nos ha concedido. Como a los apóstoles, el demonio se ha empeñado en meternos miedo (al futuro, a las incertidumbres, a las inseguridades) para que no llevemos a cabo nuestra misión. Pero en medio de nuestra debilidad Cristo se ha mostrado fuerte y nos ha invitado a seguir, a perseverar, a mirarle sólo a Él. Sólo Él ha vencido a la muerte y al pecado. Sólo Él es todopoderoso. ¿Por qué preocuparse? ¿A quién o a qué temeré? Si Él da de comer cada día a las aves del cielo y viste a los lirios del campo mejor que a los reyes, ¿cómo no va a proveer para nosotros, hombres de poca fe?
Al hilo de esto, decía el Santo Padre tras la oración del Regina Caeli de este domingo de Pentecostés:
"El Espíritu Santo, que con el Padre y el Hijo creó el universo, que guió la historia del pueblo de Israel y habló por medio de los profetas, que en la plenitud de los tiempos cooperó en nuestra redención, en Pentecostés bajó sobre la Iglesia naciente y la hizo misionera, enviándola a anunciar a todos los pueblos la victoria del amor divino sobre el pecado y sobre la muerte.
El Espíritu Santo es el alma de la Iglesia. ¿Sin Él a qué quedaría reducida? Sería ciertamente un gran movimiento histórico, una compleja y sólida institución social, quizá una especie de agencia humanitaria. Y, en realidad, así la consideran quienes la ven fuera de una perspectiva de fe. Sin embargo, en su verdadera naturaleza y también en su más auténtica presencia histórica, la Iglesia es incesantemente modelada y guiada por el Espíritu de su Señor. Es un cuerpo vivo, cuya vitalidad es precisamente fruto del invisible Espíritu divino."
Pero frente a la precariedad y a vivir confiando en la Providencia, la sociedad nos mete por todos los sentidos que lo que importa es tener. Y si no tienes, al menos parecer que tienes.
Este sábado estuvimos con la prima de Esther en un pueblecito cerca de aquí, en una exposición de Mustangs y Ferraris. Sencillamente impresionante. Y no lo digo sólo por los coches (que lo eran, claro está) o porque allí pareciera que la crisis económica es algo inventado. Lo realmente impresionante es ver lo engañado que está el hombre, que pone su felicidad en las cosas, que sólo aspira a ser admirado, envidiado, amado. Se apenaba San Agustín cuando confesaba que en su pasado miraba a la creatura en lugar del creador, que buscaba la belleza en las criaturas en lugar de buscar al hacedor de la belleza. Eso mismo nos pasa a todos, en mayor o menor medida. Y estamos, muchas veces sin darnos cuenta, esclavos del ser, del tener, del parecer.
Afortunadamente tenemos a alguien que puede romper esas cadenas. ¿El secreto para que nos ayude? Pedírselo. La oración dice que mueve montañas. Yo no he visto moverse ninguna (debe ser por mi poquita fe...), pero lo que tengo claro es que la oración es capaz de enternecer a Dios, de mover su corazón para que nos ayude.
A mí me ayudó. Y fruto de esa ayuda es que hoy estamos aquí en Alemania. Y contentos, que no es poco.
No dejéis vosotros de rezar por nosotros, por favor. Conocemos bien nuestra debilidad.
domingo, 24 de mayo de 2009
Recuerdos

"En el plan de Dios para la familia, el amor del marido y la mujer produce el fruto de nuevas vidas, y encuentra su expresión cotidiana en los esfuerzos amorosos de los padres para asegurar una formación integral humana y espiritual para sus hijos."
Y los hijos notan sin duda esos esfuerzos que hacemos los padres. Yo no sé qué recordarán de mí mis hijos cuando ya no esté por aquí. Pero espero que al menos les quede impresa en la memoria mi ilusión para que conocieran y vivieran en primera persona el Evangelio, la mejor noticia para el hombre de todos los tiempos. Y que se acuerden, al verse entre tantos hermanos (al menos para los estándares modernos), que sus papás estaban abiertos al plan de Dios.
Cualquier esfuerzo es poco si a ellos les quedan estas cosas en la memoria.
Pero los papás hacemos muchas más cosas, que desde luego no pasarán a los anales de la historia, pero que a nosotros se nos quedan muuuuy grabadas. Como la reunión del cole de José a la que fuimos Esther y yo esta semana. Llevamos aquí casi un año, pero sigue siendo como estar en un asentamiento alienígena. ¡Caramba, cómo es posible que la gente hable tan raro!? Al menos íbamos los dos y nos pudimos reir un poco (por no llorar, claro...).
Y eso que estaba muy satisfecho porque esa misma mañana y la del día anterior me había citado con las profesoras de José y Miriam para hablar sobre ellos, sobre cómo les ven. ¡Y les había entendido!
Pero bueno, lo de mi alemán no es demasiado importante. Al menos al lado de las buenas noticias que me dieron sobre los niños. La profesora de Miriam me habló de ella como si fuera su propia madre: la puso por las nubes. La de José también me habló estupendamente de él; aunque le falta una cosa: hablar. No hay quien le suelte la lengua. Su timidez no le deja. Pero no le culpo; yo sé de otros que era igual de pequeñito... Así que sólo es cuestión de dejarle tranquilo, que coja confianza, que se sienta seguro y ya nos sorprenderá a todos el día menos pensado. De momento, sólo habla alemán en la intimidad...
Hoy estoy un poquito espeso. Serán las horas. Además he estado toda la mañana pintando la casa del cura de la misión y estoy un pelín cansado. Uno ya no está para muchos trotes. Mañana nos espera una misa con el obispo en nuestra parroquia, que hay confirmaciones, y luego nos invita a comer una familia de la parroquia. Día completo.
Rezad por la misión, por favor.
martes, 19 de mayo de 2009
Con la boca de los niños de pecho
Iba a escribir sobre cosas un poco banales, del día a día. Pero entonces he visto una presentación que me han mandado y que de verdad me ha encogido el corazón. Ha hecho que se me saltaran las lágrimas. Es una pena que no se puedan añadir presentaciones al blog. Ésta merecía la pena.
Ante estas atrocidades a las que puede llegar el hombre, te quedan dos alternativas: dejarte arrastrar por la ira contra los que promueven, aceptan, facilitan, realizan, colaboran, consienten o buscan el aborto; o lo pasas a la fe. ¿Y qué es eso de pasarlo a la fe? Pues sencillamente ver que detrás de la persona, de su carne (que como decía San Pablo, es débil y muchas veces hace lo que no quiere), hay un espíritu que bien busca la verdad y a Dios, o bien vive aturdido por los dardos envenenados del demonio y se deja llevar por sus engaños.
La lucha es a vida a muerte. El gran problema de nuestra sociedad es que piensan que no hay tal combate. Siempre he pensado que la gran victoria del demonio en nuestro tiempo es haber desaparecido, conseguir que la gente piense que no existe. De un plumazo ha hecho que para la mayoría de la gente no exista la trascendencia: ni Dios, ni los ángeles, ni el demonio, ni la vida eterna ni nada del mundo espiritual. Tan sólo lo que se ve y se oye; lo que se puede tocar, evaluar y demostrar. Ante esta perspectiva, ¿cómo no entrar en desesperación cuando lo único que tienes, tu vida chata, se tuerce, va mal? ¿Cómo no vas a cometer atrocidades o aberraciones si la vida como tal pierde su sentido?
Hoy me contaba el sacerdote de la misión que iba a celebrar un funeral por una muchacha de 27 años que se había suicidado. Pero la semana pasada lo celebraba por un niño de 15 años. Demoledor.
El hombre se ha convertido en un lobo para el hombre. Incluso para sí mismo.
Pero ante esta sociedad que parece abocada a un futuro pesimista, lóbrego y oscuro, los cristianos tenemos una luz que puede realmente iluminar las tinieblas del mundo. Esa luz es Jesucristo. En las fotos y dibujos de arriba quería de laguna forma significar esto. El sufrimiento de nuestra existencia, de lo que vemos en la sociedad, tiene un sentido. Cristo ha tomado todo ese sufrimiento, todos nuestros pecados y ha sufrido por nosotros el castigo que merecían. Él ya ha pagado. Nuestra labor es presentarle a Él ese sufrimiento de tantas personas que nos rodean y que están sumidas en el desánimo, el sinsentido, la depresión, el cansancio existencial. Nuestra oración es un tesoro. Aprovechémoslo.
Nuestra misión ante tantas personas sin esperanza es presentarles un modo de vida que les anime a vivir, donde puedan descubrir que hay alguien que les ama tiernamente. Que les ama tanto que ha sido capaz, por amor, de derramar hasta la última gota de su preciosa sangre. No sé quién decía que con una sola gota de Cristo hubiera bastado. Pero no, Él quiso donarse por completo. Así nos quiere. Así no invita a quererle: con todas nuestras fuerzas, con toda nuestra mente, con toda nuestra alma, con todo nuestro corazón.
Bien, al final creo que me he pasado un poquito de místico, ¿verdad? Prometo que otro día escribiré algo un poco más divertido, con anécdotas y esas cosas.
Rezad por nosotros, por favor, no os olvidéis.
jueves, 14 de mayo de 2009
Como un niño pequeño en brazos de su madre

lunes, 27 de abril de 2009
Mirad las aves del cielo
Y es una verdad como un piano. Porque cuando te dejas llevar por la seguridad que te da el dinero, el trabajo, el futuro planeado; cuando Dios es sólo un negocio más en tu vida, al que te acojes porque te hace sentir bien a veces y, sobre todo, por si acaso aquello de la vida eterna es verdad; cuando el prójimo se convierte en tu contrincante, en tu enemigo... entonces, la vida deja de ser hermosa. La angustia reemplaza a la alegría; la desconfianza, al cariño; el miedo, a la paz. Algo falla ahí. Lo malo es que vivimos así sin darnos cuenta, pensando que es lo normal, que no se puede salir de ese círculo vicioso. Pero sí se puede. Cristo nos demostró que se puede ser libre.
Podría decir que me he liberado de ese yugo. Que siendo misionero, habiéndolo dejado todo, ya no soy esclavo del dinero, de las "seguridades". Pero no es así. El misionero sigue siendo humano y sigue siendo tentado por el demonio. El otro día pensaba que en cierto modo estamos pasando por lo mismo que Cristo (salvando las distancias, claro está): el Espíritu Santo nos ha empujado al desierto para tentarnos. Durante este último tiempo nos hemos visto en este desierto: hambrientos de afectos, necesitados de palabras que nos acompañaran en nuestro caminar, sedientos de comprensión, vapuleados por el sol de la injusticia, abrasados por el temor al futuro.
El Señor quiere que veamos qué hay en nuestro corazón. Quiere acrisolar nuestra vocación. Y el demonio aprovecha para tentar, para malmeter, para plantar cizaña, para crear división.
Quizá estoy hablando un poco en clave, ¿verdad? Voy a ser un poco menos místico. De lo que hablo es que últimamente vemos con bastante inquietud el futuro. El tema del dinero, los estudios de los hijos y algunos follones que ha habido en la misión, nos han hecho tambalear. Si os dais cuenta siempre el futuro parece horroroso. El demonio se encarga de pintártelo así. Para quitarte la paz. Una vez te la ha quitado, ya tiene la mitad de la batalla ganada. Un día de estos hablaré de un autor espiritual que me encanta; se llama Jacques Philippe (o algo así, no tengo ganas de buscar ahora su nombre). Tiene un libro realmente estupendo que se llama "La paz interior". Lo recomiendo. Es una maravilla. Pues en este libro, el autor habla de la importancia de recuperar la paz; entre otras cosas para que el Señor pueda actuar y hacer su obra.
Pues bien, como decía, mirar al futuro nos ha quitado la paz. Por ejemplo, con el tema del dinero. Ver las dificultades para encontrar trabajo (con el nivel de alemán que tengo, que aún es lamentable) y que el dinero empieza a escasear, nos pone delante la duda: ¿tendré que fiarme de Dios o es algo que tengo que resolver por mis fuerzas? ¿Realmente Dios puede ayudarme en esto? ¿Y si me falla, qué futuro me espera, qué ocurrirá con mi familia?
Ha sido (y es) un tiempo de lucha. Tratamos de apoyarnos en la oración, nos hemos confiado a la Virgen. Y hoy por hoy el Señor nos está concediendo la paz que tanto necesitamos. Tengo esperanza; creo firmemente que el Señor proveerá. Igual que nos mostró su brazo poderoso para poder venir a este país, volverá a sorprendernos. Espera en Dios, que volverás a alabarlo.
Hoy más que nunca imploro vuestras oraciones para poder vivir con alegría y con paz este tiempo de misión. No os podéis imaginar lo que nos ayudan.
Y no quería terminar sin poner unas palabras que el Señor inspiró a Santa Faustina sobre la eucaristía. Dice así:
"cuánto me duele que muy rara vez las almas se unan a mí en la Sagrada Comunión. Espero a las almas y ellas son indiferentes a mí".
¿Se refiere a los que rara vez se acercan a la eucaristía, o a los que nos acercamos cotidianamente pero sin darle mayor importancia, indiferentes, fríos...? Para la reflexión.
lunes, 20 de abril de 2009
En comunión
Hoy hemos celebrado la comunión oficial de nuestro José. Ha sido un día estupendo, a pesar de que no hemos podido realizar lo que teníamos planeado. Nuestra idea era ir a un parque muy grande que hay en Mannheim, la ciudad que está al otro lado del río. Es un parque con animales, zonas de juegos, lagos y riachuelos. Vamos, que tenía a priori buena pinta. Pero estos últimos días ha llovido tanto que ni siquiera el sol de hoy nos ha animado a ir.
Lo cierto es que el Señor nos ha trastocado nuestros planes, pero el día que nos ha regalado ha sido con mucho el mejor que podíamos soñar. Como suele ocurrir, sus planes son más altos que los nuestros.
Al final sólo han podido venir una prima de Esther, Melinda, con su novio Fabri (y su Shelby GT), que viven en Stuttgart. También nos han acompañado en la misa el matrimonio alemán que está en misión con nosotros aquí.
Tras la eucaristía nos hemos ido a comer a un chino (a un restaurante, se entiende…). El restaurante ha sido casi para nosotros. Los niños han podido jugar fuera, en los columpios del jardín. Buffet de mariscos, carnes y platos chinos típicos. ¡Y todo por un precio más que razonable! Vamos, un chollazo.
Y para terminar, hemos ido a la casa de la otra familia en misión, la española, que también celebraban la Primera Comunión de su pequeña Mamen. Ahí, tartas, parrillada, tortillas…
Pongo fotos de hoy. Pero también de la que realmente fue su Primera Comunión (el Jueves Santo), y de la Pascua, donde pudo comulgar bajo el pan y el vino.
No cuento más. Mañana empieza de nuevo el cole para todos. Bueno, para todos menos para José, que por haber hecho la Comunión, libra (como en España, ¿verdad?… es broma). Yo tampoco empiezo. Mi cole es de lo que no hay: impresentables hasta decir basta. Nueva fecha para comenzar el siguiente nivel: 4 de mayo. Esperemos que sea la definitiva…
Rezad por nosotros.
miércoles, 15 de abril de 2009
¡Verdaderamente ha resucitado!
Después del disgusto de que se me haya borrado todo lo que había escrito, no sé si voy a repetirlo o voy a poner el punto y final y que le den morcillas a Bill Gates y sus compinches. Y es que me ha descargado (descarga recomendada por MSoft) una aplicación llamada Windows Live Writer que NO almacena automáticamente lo que escribes. En fin, correremos un tupido velo… Debe ser que había puesto algo que no debía, jeje.
Bueno, como queda claro por el título, quería escribir sobre la Pascua. Y es que este año ha sido distinta a todas las que habíamos vivido. No sólo por el idioma, sino sobre todo por la precariedad. Estamos acostumbrados a grandes celebraciones de la Pascua, con mucha gente, donde todo tiene que salir perfecto, todo ha sido preparado con todo cuidado, en todo momento hay alguien pendiente hasta de los mínimos detalles, etc.
Pues bien, aquí no hay nada de eso. En primer lugar, la Pascua la celebramos a más de una hora en coche. No encontramos nada más cerca. Pero eso sí, preparamos la sala con todo el esmero y el cariño del mundo.
La celebración en sí fue como un ensayo, donde nadie tiene muy claro qué se hace, cuándo y cómo. El punto culminante fueron los bautizos, que un poco más y se lían a tortas uno de los padres y el cura.
Afortunadamente la única sangre derramada fue la de Jesucristo. Decía el apóstol Pedro en el oficio de lectura de hoy:
“es cosa hermosa si, por la experiencia que cada uno tiene de Dios, soporta que lo maltraten injustamente. […] si, obrando el bien, soportáis el sufrimiento, hacéis una cosa hermosa ante Dios. Pues para esto habéis sido llamados, ya que también Cristo padeció su pasión por vosotros, dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas. […] Cargado con nuestros pecados subió al leño, […] Sus heridas os han curado.”
Eso es lo que he vivido este tiempo de Cuaresma y en esta Semana Santa: Cristo me ha dejado unas huellas luminosas; imposibles de seguir por mis fuerzas, pero con su Espíritu, asequibles. La Cruz sin Cristo te aplasta; con Él es llevadera, porque Él mismo te ayuda a llevarla, le da sentido, la hace gloriosa. Basta con que confíes, con que digas “sí, quiero”.
Parece fácil. Pero qué difícil es cuando estás en medio de la prueba. Sólo su misericordia te puede ayudar a ver su mano donde el demonio te pone las tres “pes”: personas, palabras y pensamientos, que sólo te llevan a murmurar y a rechazar la cruz.
Pero Cristo ha resucitado. ¡Verdaderamente ha resucitado! Está vivo. A mí me ha ayudado a ver mi pecado. Ha bajado conmigo a mi infierno y me ha sacado de él. Y eso no lo hace ningún muerto.
Y me da la alegría de una nueva creación. Porque me va recreando, una y otra vez. Todo lo hace nuevo. Todo lo ha hecho nuevo. Siempre lo digo: a mí me ha dado la vuelta como a un calcetín para traerme hasta aquí. Y estoy contento. Estamos contentos.
Por cierto, antes de acabar, comentaros que nuestro José ya ha hecho su Primera Comunión. Estaba más contento que unas castañuelas. Y eso que la misa fue de lo más normalita. Y lo mismo cuando en la Pascua ya pudo comulgar como un mayor. Cómo pasa el tiempo. Y cómo crecen estos niños. Parece que fue ayer cuando sostenía a un bebito en las manos; y ahora ya está hecho un hombrecito. A ver si en la próxima entrada cuelgo alguna foto suya.
Feliz Pascua de Resurrección. Feliz cincuentena. Que Dios os bendiga.
sábado, 11 de abril de 2009
El paso del Señor
Hoy nuestra hermana Neme ha traspasado el umbral de la vida. Ha entrado en el día sin ocaso, en el día de reposo y de santidad. Ese que Abraham vio y se alegró.
Pero no ha entrado sola. Porque el Señor ya ha pasado por ahí. Hoy hemos celebrado la Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo. Lo celebramos porque a través de su muerte nos ha enseñado el Camino al Padre. Porque el Padre lo ha recibido, lo ha glorificado, le ha dado el nombre sobre todo nombre. Gracias a Él tenemos la promesa de la resurrección y de la vida eterna en una Pascua eterna. "Hoy -le dijo al buen ladrón- te aseguro que estarás conmigo en el paraíso". Esa es nuestra esperanza. Y nuestra alegría.
Os deseo a todos una Pascua estupenda. Que sea realmente un paso fuerte del Señor por nuestras vidas. Que nos lleve a abandonarnos en sus manos y en su voluntad para que pueda hacer nuestra cruz gloriosa y convertir nuestra agua en vino.
Alegrémonos. Verdaderamente Cristo ha resucitado. Si no, vana es nuestra fe.
La paz. Rezad por nosotros.
domingo, 5 de abril de 2009
Las florecillas de San Francisco
miércoles, 25 de marzo de 2009
¿Humildes o perdedores?
lunes, 16 de marzo de 2009
La Vida se abre camino
jueves, 5 de marzo de 2009
Anecdotario
Voy a empezar con una pequeña anécdota que me hizo mucha gracia el otro día. Resulta que en un momento de la tarde les dio a mis peques por hacerme un masaje en la espalda. Como es algo a lo que no me puedo negar (ni creo que nadie pueda), me tumbé boca abajo en el sillón y les dejé que se divirtieran un rato. En esto José me dijo: "papá, tienes la espalda como la masa". ¡Vaya! -me dije - y eso que apenas hago ejercicio. Pero debe ser que estoy cachas y que sólo me falta el color verde y unos pantalones 3 tallas por debajo para parecerme a Hulk. Cuando estaba disfrutando de la música celestial, me espetó: "sí, sí, pareces la masa... con la que hacemos el pan". Fin de los violines. En fin. Ante tanta sinceridad me he propuesto salir otra vez a correr... pero en cuanto haga un poquito de sol y calor.
Hoy voy a ser muy breve, porque mañana tengo examen de alemán. Es una prueba de unas 3 horas, con partes de comprensión oral y escrita, una parte escrita y una última de expresión oral. No es moco de pavo. Porque además, si no lo paso, tengo que repetir este nivel. Así que más me vale estar medianamente descansado.
Sólo contar otra pequeña anécdota, para que veáis cómo estamos por aquí con el tema del idioma, lo indefensos y desvalidos que nos encontramos.
Ayer tuvimos una celebración penitencial (qué falta me hacía, la verdad). Normalmente suele haber varios presbíteros que hablan español. Entre ellos el sacerdote de la misión, que es venezolano. Pues bien, ayer no estaba. Ni él ni nadie que hablara o entendiera ni jota de español. Los cuatro españolitos que aún no tenemos el don de lenguas nos miramos con cara de horror. Porque evidentemente no es una situación como para llevar intérprete. Vale que el sacerdote representa a Jesucristo mismo; pero y el intérpete ¿quién es? ¿Juan el Bautista?
Así que acto seguido nos ves sacando el diccionario y una libreta para llevar anotados los pecados (traducidos al alemán, claro). Era una situación de lo más cómica. Parecía que íbamos al carnicero con la lista de la compra. Esther fue la primera en ir a confesar. Y resulta que le salta el sacerdote que no importa, que le hable en inglés. ¡Vaya, pero si los tengo escritos en alemán, no en inglés! Así que se entendieron en deutschpichinglish. Yo, que soy un poco más vergonzoso para aquello de hacer el ridi, me aprendí corriendo unas cuantas palabras de memoria para el momento (no es tan difícil, que ya las hemos oído unas cuantas veces). No sé a ciencia cierta si me entendió o no, pero al menos lo aparentó. De la penitencia no me enteré muy bien. Pero como decía la otra hermana: "no me he enterado de nada de lo que me ha dicho, pero por si acaso voy a rezar un Padrenuestro, que siempre viene bien".
Esta es nuestra realidad.
Sólo un apunte más. Hoy he visto que la Conferencia Episcopal Española publicó el pasado noviembre una instrucción sobre la misión ad gentes en España. Según ella, la "misión" englobaría tanto el concepto tradicional de misión a territorios lejanos como la "nueva evangelización" en Occidente que han pedido los últimos Papas. Y como dice en otro lugar: "
la nueva evangelización se refiere a los grupos enteros de bautizados que han perdido el sentido vivo de la fe o que no se reconocen ya como miembros de la Iglesia". No me lo he leído aún en profundidad, pero parece interesante. Si la queréis ver entera la podéis descargar desde:
http://www.conferenciaepiscopal.es/documentos/Conferencia/ActualidadMisionAdGentes.pdf
Que Dios os bendiga. Feliz viernes de Cuaresma.
domingo, 1 de marzo de 2009
Tiempo... mi tesooorooo
lunes, 23 de febrero de 2009
Don Carnal y Doña Cuaresma
El otro día un hermano de la comunidad de aquí, Fulvio, nos propuso ir a su trabajo (trabaja en un instituto de astronomía en Heidelberg). Está en lo alto de una montaña. Y todo alrededor está completamente nevado. Tienen una zona preparada para realizar esquí, otra para lanzarse en trineo. Así que allí nos fuimos, con el trineo de madera que le regalaron a José por su cumple. Lo pasamos de maravilla. Por lo menos hasta que a alguno se le empezaron a congelar los deditos... Luego este hermano nos invitó a un chocolate caliente (lo que aquí llaman chocolate, que es colacao realmente) para entrar en calor.
Alguno dirá: "sí que sufren los misioneros, ¿eh?" Bueno, tiene que haber de todo, ¿verdad?
Y hay cosas que mejor te las tomas con humor, porque si no... Como todo lo que se monta aquí con lo de los carnavales. Para que veais un poco cómo están las parroquias por estos andurriales, os contaré algo. Como ya he comentado alguna vez, los consejos pastorales son los que gobiernan las parroquias, no los párrocos. Y de lo que tratan es de tener el mayor número posible de "feligreses". Para ello no dudan en permitir lo que sea en las parroquias para que la gente no se vea defraudada y se vaya. Y es que gente significa ingresos...
Pues bien, en la parroquia se celebra el carnaval por todo lo alto. Tanto es así que el complejo parroquial queda prácticamente clausurado durante un par de fines de semana para que los distintos grupos parroquiales puedan celebrar su carnaval.
Pero tiene su parte positiva, porque hemos podido celebrar la eucaristía en la iglesia. Y es que normalmente celebramos la eucaristía en un salón parroquial, junto a futbolines y cosas por el estilo.
Otra anécdota. El sábado me dejaban en el buzón un papel de nuestra parroquia del barrio, donde José está haciendo sus catequesis para la primera comunión. El caso es que invitaba a los niños y a sus papás a que participaran de la eucaristía del domingo. E invitaba a que los niños acudieran a la misa disfrazados para participar en la celebración (no sea que al ser carnaval los niños se traumaticen si se quitan el traja de pirata). Pero con muy buen criterio advertía que no se les ocurriera llevar armas de fuego!!! Es decir, que los que fueran de Rambo sólo llevaran el machete, no la ametralladora... En fin.
Menos mal que ante tanta locura carnavalesca llega un tiempo de ayuda para nuestro cuerpo y nuestra alma: la Cuaresma.
Otro día más. Rezad por nosotros.
viernes, 13 de febrero de 2009
Rezando a los pies de la cruz
Lo importante es descubrir quién está detrás de lo que te ocurre y qué hay en el corazón de uno.
No hay duda de que el Señor te pone acontecimientos para ver qué hay en el fondo de tu corazón, para que nos conozcamos, para que veamos que no somos ni mucho menos tan santos ni tan perfectos como nos pensamos. El problema es que el demonio aprovecha esas pruebas para meter cizaña, para que nos rebelemos, para meternos en crisis, en juicio, en murmuración, para quitarnos la paz.
Y es que es curioso ver cómo reaccionamos ante la cruz, ante el sufrimiento, ante el sinsentido. ¡Qué rápido perdemos la paz cuando las cosas no son como queremos o como pensamos que tienen que ser! Enseguida nos sale el juicio, la ira... y en el fondo, la soberbia.
¡Y qué fácil nos dejamos llevar, qué prontos somos para defendernos, y qué tardos para recapacitar, para rezar, para pedir el discernimiento y para pedir perdón! Pero eso es lo que somos: hombre y mujeres débiles.
A pesar de todo yo estoy contento. El Señor nos regaló una convivencia estupenda, con una palabra fuerte que nos ha ayudado muchísimo. Y la misión sigue ayudando enormemente a la familia. Cada vez estoy más convencido de que el Señor llama a la misión a familias imperfectas, que necesitan ser reconstruidas desde los cimientos. En eso esta el Señor. Por eso dice el salmo: "si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los constructores".
Ánimo a todos los que rezáis por nosotros. No lo dejéis, ¿eh?
Ayer conocimos a unas hermanas, novicias carmelitas, que están rezando por la misión aquí en Ludwigshafen. ¡Qué bueno es el Señor que pone personas a lo largo y ancho del mundo rezando por nosotros! Y doy fe que la oración es eficaz. ¿Qué sería de nosotros sin ella?
jueves, 5 de febrero de 2009
Los planes de Dios
viernes, 30 de enero de 2009
Reconciliado con el pasado
Menciono esto porque hace unos días tuvimos una celebración penitencial. Y es curioso, pero la gracia empezó a actuar ya antes de la propia celebración. Es sólo una anécdota. Pero a mí me ayudó a ver lo débil que soy y lo mucho que necesito al Señor en el día a día.
La historia empezó unos días antes, cuando los pequeños trajeron del colegio unas hojas para solicitar ayudas para material escolar para el curso que viene. Me convencieron para que las rellenase, aunque me parecía un poco tonto porque con los ingresos que tenía antes de "jubilarme" me salgo de todas las tablas. El caso es que entregué los papeles y a los pocos días me llegó una carta en la que me requerían justificantes de ingresos actuales y pasados. Concretamente las nóminas de este año anterior. Me entró la risa, porque la última nómina incluía el incentivo que me concedió Ericsson por la baja voluntaria (una nota al margen: ¡qué bien hace el Señor las cosas...!). Vamos, que era absurdo presentar esa nómina porque cuando la vieran sí que les iba a entrar a ellos la risa floja. Así que me pasé la tarde pensando cómo trucar el tema: que si no presentar la última nómina, que si escanearla, retocarla e imprimir una versión menos escandalosa (total, no iban a poder comprobar nada)...
Pero, cómo diría, no me sentía muy allá. Llámalo remordimientos. Llámalo conciencia. Yo lo llamo Espíritu Santo, que vino en mi auxilio.
De repente me dí cuenta de lo ruin que puedo llegar a ser, y total por cuatro duros. Me acordé de ese pasaje de la escritura que dice que si no eres fiel en lo poco, en lo que no importa, ¿cómo te van a confiar lo que importa? Y pensé también: vaya, y dentro de un rato, en la confesión ¿qué le digo al sacerdote? Padre, me confieso de que mañana voy a defraudar. Pues hijo, es fácil, no lo hagas. Ya, pero es que con lo que me ha costado...
Por eso decía antes que el sacramento de la reconciliación, su gracia, empezó a actuar "con carácter retroactivo", en el pasado... La paz que me quedó en el cuerpo cuando tomé la determinación de no ser un pirata (me dije: menudo misionero estás hecho; y luego se te llena la boca diciendo que lo has dejado todo; y resulta que eres capaz de vender tu alma por un plato de lentejas). Porque además tengo experiencia de que el Señor ayuda, de que va por delante cuando vas con la verdad, cuando apuestas por Él.
Otro día, más. Toca dormir un rato. No dejéis de rezar por nosotros, por favor. Ya veis que somos débiles. Y que necesitamos vuestras oraciones más que el comer.
lunes, 26 de enero de 2009
Hijos de Dios
Ahora que digo lo de que la vida es un don, me acordaba de un compañero de mi antiguo trabajo al que le han detectado un cáncer de colon. ¿A quién pertenece la vida, sino a Dios, que la da y la pide cuando quiere? El tiempo que nos concede en este mundo es un camino hacia Él. Y nos pone acontecimientos en los que desea que le descubramos, que nos volvamos hacia Él, que descubramos lo mucho que nos ama. La enfermedad no es un castigo divino, como se oía decir antes. Es una oportunidad inigualable para abandonarnos en los brazos del amado, para descansar en su voluntad. Pero claro, eso es complicado verlo cuando estás sufriendo por el dolor y cuando el miedo y la incertidumbre por el futuro te atenazan. Espero que el Señor le ayude en este tiempo de combate. Yo rezaré. Es lo único que puedo hacer. Pero sé el poder que tiene la oración y la fe. Y sé que Dios le va a ayudar.
Me voy a la cama. Hoy he podido colgar una foto. Es de estas Navidades, de la eucaristía que tuve con mi comunidad de Alcorcón.
domingo, 18 de enero de 2009
El caos de Roma
El otro día decía que marchábamos a Roma para el envío que nos iba a hacer el Papa. El resumen es que fue un caos que mereció la pena. Fue un caos en cuanto a cómo se organizó la entrada y la colocación de tantísima gente. Según leía el día anterior, se esperaban del orden de 25.000 personas. Y ciertamente aquello fue una marea humana, descontrolada y ansiosa por entrar en la basílica y conseguir un asiento. La verdad es que en estas situaciones es cuando ves salir lo peor de cada uno, sea cristiano o no. Y si encima no está mínimamente organizado, la cosa se convierte en una batalla campal. Nosotros, que íbamos con los niños, llegamos a temer por su integridad. Nos costó un triunfo llegar todos juntos, sin que nadie se perdiera. Pero claro, cuando conseguimos entrar allí ya no cabía un alfiler. Por mucho pase que lleváramos nos tocó estar de pie (o en su defecto, sentados en el suelo) en un lateral de la basílica donde no se veía ni oía prácticamente nada. Tanto es así que Esther decidió salirse fuear de la basílica, a la plaza, para poder ver y oir algo en las pantallas que había fuera. Y la verdad es que probablemente fue la única que se enteró. En fin, con la ilusión que nos hacía el envío, el que los niños sintieran la cercanía del Papa... Pues no pude ser.
Pero por otro lado tuvimos una experiencia maravillosa con la comunidad que nos recibió allí en Roma. Nos cuidaron, nos mimaron como si fuéramos el mismo Cristo que venía a vistarles. Estuvieron pendientes constantemente de nuestras necesidades, nos abrieron sus casas, nos invitaron. Realmente un regalo. Vimos cómo la comunión de los santos en la Iglesia es algo real. Y cómo el Espíritu Santo concede el don de lenguas y el entendimiento. Nos regalaron el poder compartir una eucaristía, donde nosotros y otra familia en misión (polacos ellos, destinados a Estocolmo, Suecia) pudimos dar nuestra experiencia y hablar de nuestra vocación.
Estoy seguro que el Señor les concederá el ciento por uno por habernos acogido como lo hicieron.
Por lo demás, hemos vuelto a la rutina, que no ha sido fácil después de tres semanas de vacaciones en Madrid. Y no ha sido fácil porque allí, por unos días, te sentías de alguna forma especial. Mucha gente te paraba por la calle, te preguntaban, se interesaban por la misión. Entendí lo que debe sentir los famosos cuando salen a la calle... Llegó un momento en que ya iba mirando sólo al suelo para evitar encontrarme con nadie más, jeje.
Pero la prueba dura era para los niños. Ellos fueron los mejor acogidos y más agasajados. Eran el centro de atención. Y de fiesta, sin colegio ni deberes, yendo y viniendo con sus amigos, pues la vuelta resultó dura. Menos mal que los Reyes Magos venían aquí para darnos motivos de peso para regresar...
Ahora llevamos todos unos días con los mocos colgando. Hemos visto (y sentido) los 15º bajo cero famosos de los que me hablaban. Me parece increíble que la temperatura máxima un día puedan ser 10º bajo cero. Pero más increíble aún es que al día siguiente lo mismo, y al otro y al otro. Se ha hecho un poquito largo. Porque da una pereza siquiera asomar la nariz por la ventana. La nieve que cayó antes de que llegáramos ha durado más de diez días. Hasta prácticamente ayer, que subió la temperatura y ahora está lloviendo.
Y ayer sin ir más lejos me pillé yo un trancazo de aupa. Estuvimos moviendo muebles. Porque desde el pasado domingo están por fin aquí en Ludwigshafen la cuarta familia en misión. Les encontramos casa en diciembre. Pero estaba más vacía que la cabeza de alguno que yo me sé: sin muebles - siquiera en la cocina -, sin electrodomésticos... nada de nada. Así que, sobre la marcha, estamos amueblando la casa con todo lo que hemos ido reuniendo en los últimos meses (de gente que renovaba el mobiliario, de la parroquia que se cerró, etc.). Se trata de que estos primeros días sean lo menos traumáticos posible. Porque ciertamente lo van a ser. Haberlo dejado todo, romper con tu tierra, con tu gente, con tu familia y especialmente con tu idioma, no es plato de gusto. Pero como dice el Evangelio, el Señor provee. Esta mañana lo leíamos al rezar laudes. El Señor envió a los apóstoles sin nada más que lo puesto, pero con poder para expulsar demonios y para curar. Es decir, el Señor no te manda solo. Va contigo, te acompaña y va por delante en la misión que te encomienda. Así venimos nosotros. Así vamos todos los que hemos partido a los cinco continentes. Con la esperanza y la confianza de que la misión la lleva el Señor y de que Él nos va a cuidar como lo ha hecho hasta la fecha.
Bien, corto y cierro. Tengo a Mateito encima y también quier escribir.....